Adolfo Gilly: el relámpago en el instante

La Jornada, 23 de febrero de 2010

Los festejos oficiales por el centenario de la Revolución y el bicentenario de la Independencia muestran la conversión de la historia en un espectáculo multimedia. En el guión gubernamental al uso, si la historia no puede rescribirse a gusto de la derecha porque una de sus versiones está firmemente implantada en el imaginario popular, entonces, lo que toca para apropiársela es waltdisneysarla, vaciarla de contenido, transformarla en espectáculo para el Canal de las Estrellas.

La disputa por la historia en curso no es sólo una operación para desamortizar los bienes culturales que se mantienen bajo tutela estatal y ofrecerlos en bandeja de plata a la industria del turismo y la recreación. Tampoco es, solamente, una batalla para reivindicar al santoral conservador excluido del calendario cívico. Es, todo eso, pero, además, una operación para quietarle a la historia su fuerza constituyente.

Es en el contexto de esta guerra por el pasado que acaba de publicarse Historias clandestinas, de Adolfo Gilly. Coeditado por La Jornada e Itaca, el libro del historiador y escritor nacido en Argentina y naturalizado mexicano desde 1982 incursiona en el debate iluminando y recuperando la historia de los oprimidos.

Dice Walter Benjamin –reiteradamente citado a lo largo de la obra: “Articular históricamente el pasado no significa conocerlo como verdaderamente ha sido. Significa adueñarse de un recuerdo tal como éste relampaguea en un instante de peligro…” Precisamente, lo que Historias clandestinas hace es darle forma y sentido a un pasado que requiere ser reinterpretado, pues corre el riesgo de ser vaciado de sus contenidos transformadores.

Más que la reconstrucción de los hechos de una época, Historias clandestinas es una apasionante travesía que reconstruye aspectos claves del espíritu de nuestra época. Labor compleja. En su autobiografía, el literato Stefan Zweig advierte que según demuestra la experiencia, es mil veces más fácil reconstruir los hechos de una época que su atmósfera espiritual.

Pero Gilly lo hace. Echando mano de las herramientas de la historia y la buena literatura, de los recursos del nuevo periodismo y de la profundidad del pensamiento crítico, dibuja espléndidamente varios de los contornos esenciales del mapa espiritual de nuestra era. A través de 16 estudios describe y analiza tanto los golpes de los corceles del apocalipsis neoliberal como la forma en la que se le resiste en Bolivia, México y Cuba. Desbroza cómo las nuevas generaciones han vivido el catálogo de casi todas las catástrofes imaginables, y la manera en que los pueblos indios las enfrentan, armados con la fuerza de su identidad reconstruida y sus cuerpos...