Arde Chiapas

La Jornada, 25 de agosto de 2020

Arde Chiapas. Los dueños de los paramilitares les soltaron la rienda y, envalentonados, hacen de las suyas. Atacan con armas de fuego a las comunidades rebeldes, se dan el lujo, como en Santa Martha, de exhibirse con armas y uniformes y desarmar agentes de la policía estatal preventiva.

Apenas este 22 de agosto, un grupo de transportistas pertenecientes a la Organización Regional de Cafeticultores de Ocosingo (Orcao) que viven en el municipio de Oxchuc, encabezado por Tomás Santiz Gómez, disparó, saqueó e incendió dos bodegas de café de bases de apoyo del Ejército de Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), en la comunidad de Cuxuljá, municipio rebelde de Moisés Gandhi (Ocosingo, en la nomenclatura oficial).

Cuxuljá es un pueblito a pie de la carretera que une San Cristóbal y Ocosingo. Está rodeado de ocho municipios autónomos zapatistas y es cruce de diversas comunidades. Estuvo ocupado por el Ejército hasta 2001. Los uniformados se retiraron de esa posición para cumplir con las tres señales que el EZLN exigió al gobierno de Vicente Fox para restablecer el diálogo.

El retiro de las tropas no pacificó la zona. Tan pronto como el diálogo fracasó, por la aprobación de la reforma constitucional sobre derechos y cultura indígenas que incumplió los acuerdos de Andrés, comenzaron las agresiones del grupo paramilitar Orcao contra las bases rebeldes de esa comunidad. Su objetivo fue ocupar el territorio dejado por la tropa.

La Orcao no siempre fue así. Durante algunos años tuvo una estrecha relación con el zapatismo. Sin embargo, rompió este vínculo entre 1997 y 1999, y su dirección comenzó a disputar la base social rebelde, con apoyos económicos y puestos en el gobierno para sus dirigentes. Con la llegada al gobierno del estado de Pablo Salazar (2000-06), el conflicto escaló. En 2002, las agresiones de la organización de caficultores contra las bases zapatistas se intensificaron dramáticamente, al punto de destruir un mural insurgente. Se convirtió en fuerza paramilitar.

La Orcao se formó en 1988, con 12 comunidades de Sibacjá, en el municipio de Ocosingo. Al poco tiempo se sumaron a ella otros poblados, hasta casi sumar 90. Sus demandas originales consistieron tanto en la búsqueda de mejores precios para el café (en 1989 se desplomaron drásticamente) como en la solución del rezago agrario. Influida por el trabajo pastoral progresista, en 1992, en el contexto de la conmemoración de los 500 años de resistencia indígena, negra y popular, reivindicó la autodeterminación indígena, se opuso a la reforma al artículo 27 constitucional y exigió libertad, justicia y democracia (https://bit.ly/3goUvWS)...