Ecuador: el árbol verde de la vida

La Jornada, 05 de octubre de 2010

Rafael Correa tomó posesión como presidente de Ecuador por primera ocasión en enero de 2007. Inició su segundo mandato en agosto de 2009. Lo concluirá el 10 de agosto de 2013. Una fecha que, a juzgar por el intento de golpe de Estado que sufrió el pasado jueves, le parece una eternidad a la oligarquía ecuatoriana.

La vocación golpista de las elites locales ha sido consistente. Entre 1995 y 2007 fueron depuestos tres mandatarios. Correa es el octavo jefe del Ejecutivo de Ecuador desde 1997.

Conforme pasa el tiempo, la popularidad del presidente crece. La primera vez que ganó las elecciones lo hizo en una segunda vuelta, en la que obtuvo 57 por ciento de los votos. En 2009 triunfó en la primera vuelta, con casi 52 por ciento de los sufragios. Las últimas encuestas ubicaban su índice de popularidad entre 60 y 62 por ciento.

Rafael Correa llegó al poder enfrentando tanto a una oligarquía mafiosa que manejó el aparato estatal durante dos décadas, conduciendo directamente el saqueo neoliberal, como a una partidocracia desprestigiada. Lo hizo enarbolando un programa en el que se expresaron algunas de las más importantes demandas del movimiento indígena y popular que durante 17 años resistió de manera destacada a las políticas de ajuste y estabilización, se opuso a la base militar estadunidense de Manta y al Plan Colombia, rechazó un tratado de libre comercio (TLC) con Washington y luchó contra los gobiernos de derecha. Sin embargo, construyó su candidatura y desarrolló su campaña electoral con un discurso ciudadano, al margen de esas fuerzas populares, en un momento en que éstas se encontraban en pleno reflujo.

Sus primeras medidas de gobierno consistieron en convocar a una consulta popular para que la ciudadanía decidiera si quería una Asamblea Constituyente, y la reducción de los salarios de los altos mandos del Estado, comenzando por el del presidente. El reclamo de una nueva Constitución, en tanto nuevo pacto social, provenía de los movimientos sociales, especialmente del indígena.

La Asamblea Constituyente sesionó en medio de importantes movilizaciones y acciones directas de masas respaldadas por el presidente. El resultado final fue una de las constituciones más avanzadas en el mundo, que, entre otras muchos derechos, reconoce los de la naturaleza y da herramientas para avanzar en una democracia radical.

Católico practicante, Rafael Correa insistió en que el nombre de Dios debía constar en la Constitución y asumió posiciones contra el aborto y contra el matrimonio entre homosexuales...