La Jornada, 02 de febrero de 2016
Decir una cosa y hacer otra es un arte en el que Aurelio Nuño ha demostrado ser un verdadero maestro. Con eficacia mediática, el secretario de Educación Pública anuncia cada semana transformaciones en la política educativa que, en los hechos, son lo contrario de lo que dicen ser.
Buen ejemplo de este ejercicio del arte de simular es el plan Escuela al Centro. Anunciado como la primera de siete prioridades para reformar la instrucción pública, sostiene que su objetivo es que la escuela sea menos burocrática, que disponga de recursos económicos suficientes y que haya mayor participación social dentro.
En sentido estricto, las seis líneas de acción de las que consta el plan no son ni novedosas ni originales. Son copia –en muchos casos textual– de las sugerencias de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), presentes en el documento Mejorar las escuelas: estrategias para la acción en México (http://goo.gl/m2ATLf).
Las recomendaciones de la OCDE fueron inicialmente incorporadas, sin crítica alguna, al Pacto por México. El noveno compromiso de este acuerdo cupular establece: Se robustecerá la autonomía de gestión de las escuelas con el objetivo de mejorar su infraestructura, comprar materiales educativos, resolver problemas de operación básicos y propiciar condiciones de participación para que alumnos, maestros y padres de familia, bajo el liderazgo del director, se involucren en la resolución de los retos que cada escuela enfrenta.
Poco después, en septiembre de 2013, las directrices fueron incorporadas a la Ley General de Educación, que en su artículo 22 establece: “…se fortalecerá la capacidad de gestión de las autoridades escolares y los padres de familia”.
Finalmente, el 7 de marzo de 2014 fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el acuerdo 717, donde se emiten lineamientos y normas que deben seguir las autoridades educativas locales y municipales para formular los programas y acciones de gestión escolar destinados a fortalecer la autonomía de las escuelas de educación básica.
Según el secretario Aurelio Nuño (http://goo.gl/thVhr4), el plan Escuela al Centro busca que cada plantel cuente con un subdirector de gestión escolar y un subdirector académico. Esas figuras ya existen pero no ha funcionado por carencia de maestros de grupo.
Parte de estas nuevas plazas serán ocupadas por los aviadores del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que cobran sin trabajar. De esta manera serán premiados con posiciones de mando en el sistema escolar, como subdirectores o supervisores. Por ello Manuel Gil Antón propone cambiar el nombre de la SEP a Secretaría de Aviación Pública, al tiempo que señala la paradoja de que, con el pretexto de reducir la burocracia, se le incremente en cada plantel (http://goo.gl/V4KD36)...