El infierno chiapaneco 

La Jornada, 21 de septiembre de 2021 

El sureste mexicano es clave en el proyecto político-territorial de la 4T. Allí se ubican tres de sus grandes megaproyectos: el Tren Maya, el Corredor Transístmico y la refinería Dos Bocas. Se concentran, además, muchos recursos de programas sociales, como Sembrando Vida. Tan sólo a Chiapas se destina 20 por ciento de este instrumento de desarrollo. 

No es exagerado decir que, para el obradorismo, esa región del país es comparable a lo que fue Sonora para la facción triunfadora de la Revolución mexicana de 1910-17, Michoacán para Lázaro Cárdenas, el Bajío para los panistas o el estado de México para el Grupo Atlacomulco y Enrique Peña Nieto. No hay continuidad de un proyecto político al margen de su territorialidad. Y el sureste es el espacio en que la 4T aspira a implantarse perdurablemente. 

Dos indiscutidas figuras regionales fueron claves en la forja de los apoyos del proyecto obradorista en esa zona: en Tabasco, el abogado y notario público Payambé López Falconi; en, Chiapas, el empresario Fernando Coello Pedrero. 

Don Payambé notarizó 20 cajas que documentaban el fraude que le hicieron a Andrés Manuel López Obrador en las elecciones estatales de Tabasco en 1994. Se consolidó entonces una estrecha relación entre ambos. En 2019, su hijo Adán Augusto, tomó posesión como gobernador de su estado y, el pasado 26 de agosto, fue designado secretario de Gobernación. Y, su hija Rosalinda, esposa de Rutilo Escandón, jefe del Ejecutivo en Chiapas, es administradora general de Auditoría Fiscal Federal del Servicio de Administración Tributaria (SAT). 

De AMLO, don Fernando, quien falleció en diciembre de 2020, decía: “Tengo una buena relación de muchos años con el señor Presidente, yo quiero mucho al Presidente y lo respeto. Fui amigo de sus papás y hemos tenido una buena relación siempre. Lo he acompañado siempre como su asesor honorífico”. Coello Pedrero era abuelo del senador Manuel Velasco Coello, ex gobernador de Chiapas, figura clave del Partido Verde. 

El 13 de mayo de 2013, contrajeron nupcias, Rosalinda López, entonces diputada local por Tabasco, y Rutilio Escandón, presidente del Tribunal Superior de Justicia de Chiapas. El gobernador de Tabasco, Arturo Núñez Jiménez, fue testigo de la novia. El de Chiapas, Manuel Velasco Coello, lo fue del novio (https://bit.ly/2Xwn68K). 

La alianza dio frutos. Rutilio ganó la candidatura a gobernador de Chiapas, dejando en el camino a figuras de gran peso en la política local, como el hoy senador Óscar Eduardo Ramírez, cabeza del grupo Comitán, quien convenientemente saltó del Partido Verde a Morena. 

La presencia del Grupo Tabasco en la política chiapaneca es sobresaliente. La influencia de la administradora general del SAT en posiciones claves del gobierno local es muy relevante (https://bit.ly/3lEquHa)...