El jaripeo chiapaneco de Juan Díaz

La Jornada, 02 de julio de 2013

Se llama Miguel Hernández Alfonso. Es maestro. Labora en la región Valle de Santo Domingo D1-082 en Chiapas. En la fotografía de la portada de La Jornada del domingo 30 de junio, tiene las manos amarradas con su cinturón, la cabeza abierta, el rostro lleno de sangre. Policías lo golpearon con la culata de sus armas y lo patearon. Después lo treparon a una camioneta oficial junto a otros cuatro docentes, y lo tiraron en la colonia La Ilusión, en Tuxtla Gutiérrez. Tiene fractura en el cráneo, rotos varios huesos de la cintura y costillas quebradas.

A Miguel le fue mejor que a María del Tránsito, maestra de base de la Universidad Pedagógica Nacional en Bochil. Ella tiene un coágulo en el cerebro y necesita una cirugía. Una bala de goma disparada por la policía le golpeó la cabeza. María es una de los cuatro docentes chiapanecos reprimidos que fueron hospitalizados en clínicas públicas el pasado 29 de junio. Muchos otros tuvieron que curarse en sanatorios particulares.

Miguel y María son profesores democráticos. Pertenecen, como la mayoría de los maestros de Chiapas, al Bloque Democrático. Ese día participaban en el 26 congreso de la sección 7 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) para elegir a sus representantes gremiales.

Chiapas es la cuna de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). Allí se fundó en diciembre de 1979. La insurgencia sindical que le dio origen comenzó en ese estado. La 7 fue la primera sección democrática de la era moderna del SNTE. Desde entonces ha sido uno de los baluartes del movimiento democrático.

En 2008 Elba Esther Gordillo dio un charrazo. Sin el menor pudor, con el apoyo del gobernador Juan Sabines, impuso como dirigente a Rosendo Galíndez, un antiguo maestro democrático seducido por el poder y el dinero. Galíndez fue designado secretario general por la maestra mientras los delegados democráticos negociaban con los dirigentes nacionales del SNTE. El congreso para nombrarlo no se instaló y no tuvo quórum; nadie votó por él. Sin embargo, fue ungido líder del magisterio chiapaneco.

Su gestión fue lastimosa. El año pasado, un paro magisterial de tres días en contra de la evaluación universal lo destituyó. El SNTE nombró en su lugar un delegado especial, y se comprometió a realizar el congreso seccional. No cumplió...