La Jornada, 15 de enero de 2008
El libre comercio fue vendido a los mexicanos como la vía corta a la modernidad. Si México firmaba un acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá, se dijo durante el gobierno de Carlos Salinas, se cerrarían las grandes brechas salariales y de estándares de vida entre nuestro país y nuestros vecinos del norte, y ya no habría razones para emigrar a Estados Unidos. Poco importaba el precio que tuviera que pagarse para alcanzar la meta. Nuestra prosperidad como nación, la modernización de su planta productiva, dependía de la formación del bloque económico.
Esas promesas no se cumplieron. La única diferencia salarial que disminuyó fue la de los mexicanos que emigraron a Estados Unidos y reciben su salario en dólares. El éxodo hacia el otro lado de la frontera norte se ha vuelto imparable. En contra de los ofrecimientos hechos, en sectores como el agrícola los efectos fueron mayoritariamente devastadores. Antes del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) la situación del campo era mala; hoy es mucho peor. Sin ir más lejos: desde la entrada en vigor del acuerdo se han perdido unos 2 millones de empleos rurales.
Por supuesto que este fracaso no ha sido admitido. Luis Téllez, negociador principal del capítulo agropecuario del tratado por parte de México, y hoy secretario de Comunicaciones y Transportes, afirmó en un comentario que nada envidia a Mario Moreno Cantinflas: “El TLCAN no falló, pero la realidad no se ajustó a lo que se preveía”.
En los últimos días hemos escuchado una andanada de opiniones sobre los supuestos logros del libre comercio en la agricultura mexicana. Muchas se sustentan en cifras falsas y en medias verdades. Quienes las hacen son sus beneficiarios, sus voceros o políticos favorables a sus intereses.
En contra de las abundantes evidencias que muestran que el tratado ha sido ruinoso para el agro, afirman que es bueno para el país, para el campo y para los campesinos; en realidad sólo es provechoso para ellos.
Personajes poderosos como Eduardo Bours Castelo rechazan renegociar para dejar fuera el maíz y el frijol. Según él, es absurdo criticar el TLCAN cuando los granos de maíz y trigo mexicanos han alcanzado sus mejores precios en el mercado. Asegura que no es viable sostener el discurso contra las políticas arancelarías del tratado...