La Jornada, 10 de julio de 2007
No le basta a Elba Esther Gordillo haber dirigido el sindicato de maestros durante los últimos 18 años. Quiere seguir al frente hasta el resto de sus días.
En 1989 fue designada por el presidente Carlos Salinas de Gortari para dirigir el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Sustituyó al hasta entonces líder vitalicio Carlos Jonguitud Barrios, capo del organismo gremial desde que tomó el poder con un golpe de Estado en 1972. Patrono y protector de Elba Esther, Jonguitud cayó en desgracia. Su pupila no dudó en clavarle el puñal por la espalda y tomar las riendas del sindicato con un solo voto a favor: el del presidente de la República.
Desde esa fecha la maestra Gordillo ha manejado el SNTE a su antojo. Violando la Ley Federal de Trabajadores al Servicio del Estado, que en su artículo 75 prohíbe la relección de los secretarios generales, ha modificado los estatutos para hacerse una legislación a su medida: ha ampliado arbitrariamente los plazos para los que fue nombrada, ha puesto incondicionales en el puesto y ha cambiado el nombre del dirigente principal del gremio. Ahora, sin ni siquiera cuidar las formas, se ha hecho elegir líder "indefinida".
Por supuesto, para entronizarse en el poder ha contado con valiosas ayudas. Las autoridades laborales han hecho ojo de hormiga ante los atropellos legales. Cuatro presidentes -Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón-le han prestado todo su apoyo.
Elba controla a los trabajadores de la educación a través de una densa telaraña laboral, sindical, económica, política y legal. La red comienza desde el lugar mismo de trabajo: la escuela. Los directores de los centros escolares y los inspectores de zona son personal sindicalizado. Fiscalizan a los maestros de base: dan días económicos, reportan o ignoran sus faltas y retardos, promueven o bloquean su ascenso. Quienes se alinean con el líder son premiados. Quienes no lo hacen son castigados.
El SNTE ocupa posiciones claves dentro de la Secretaría de Educación Pública y los ministerios de educación de los estados. Sin ir más lejos, sin tener más mérito que ser yerno de la profesora Gordillo, Fernando González es subsecretario de Educación Básica...