La Jornada, 04 de diciembre de 2001
Enron, el gigante corporativo de origen texano que cabildea para privatizar la industria eléctrica nacionalizada mexicana, se hunde. La empresa que criticó la eficiencia del sector público en la generación, distribución y transmisión de energía, y que presentó al capital privado como "motor del progreso", está al borde de la bancarrota. La compañía que provocó la crisis energética del estado de California vive hoy su propia crisis.
Enron es la empresa comercializadora de gas natural y electricidad más grande del mundo. Controla 20 por ciento del mercado eléctrico europeo. Con activos por 62 mil millones de dólares y una planta laboral de 21 mil trabajadores en 40 países fue, de acuerdo con la lista de la revista Fortune, el séptimo negocio que más ingresos obtuvo durante el año 2000.
El desmoronamiento del imperio Enron se inició a raíz de una serie de operaciones de ingeniería financiera destinadas a desviar activos y deudas de sus libros de contabilidad a través de socios, y se consolidó después de que su rival Dynegy renunció a comprarla y le privó del efectivo necesario para salir de la insolvencia. Sus acciones, que en agosto se cotizaban en 85 centavos de dólar, se derrumbaron el pasado viernes a 34 centavos. Mil 100 trabajadores de su filial en Gran Bretaña fueron despedidos.
La principal quiebra de la historia, mayor aún que la sufrida por la petrolera Texaco, provocará problemas financieros a bancos de todo el mundo por alrededor de mil 900 millones de dólares. Además, amenaza con arrastrar a otras compañías y conducirá a la suspensión del suministro eléctrico en algunos países. Duke Energy, JP Morgan Chase y otras empresas pueden perder casi mil 200 millones de dólares. Doce compañías eléctricas más podrían perder cerca de 700 millones de dólares.
Hasta antes de su quiebra la lucha de Enron por controlar los mercados mundiales de gas y electricidad no pareció escatimar recursos. En India, la población que se opuso a la construcción de una planta de generación eléctrica por parte de un consorcio en el que participa la empresa texana destacadamente, fue brutalmente reprimida, según consta en diversos informes de organismos internacionales para la protección de los derechos humanos. En Estados Unidos Enron financió generosamente la campaña electoral de George W. Bush y de otros candidatos del Partido Republicano a puestos de elección popular.
A pesar del evidente conflicto de intereses que significa la contratación de un estudio para elaborar políticas públicas a una compañía que puede beneficiarse de sus conclusiones o inducirlas a su favor, Enron fue una de las consultoras que elaboraron el diagnóstico y el proyecto de restructuración de la industria eléctrica mexicana para el equipo de transición del entonces presidente electo Vicente Fox. Su propuesta recomendó la privatización de las áreas económicamente más rentables del sector público. Además, participa como productor externo, a través de su filial mexicana, con una inversión de 142 millones de dólares en la generación de energía eléctrica para 42 empresas de Nuevo León...