Guerrero, la milpa no espera

La Jornada, 16 de julio de 2019

El plazo se cumplió. El problema sigue sin resolverse. El presidente Andrés Manuel López Obrador ofreció que la entrega de fertilizante a los campesinos maiceros guerrerenses estaría solucionada el 15 de julio. Pero la fecha llegó y miles de labriegos siguen sin recibir el abono.

Los tiempos están sobrepasados. La milpa no espera. Los terrenos están sembrados. Las plantas necesitan el insumo para desarrollarse a plenitud. En los cada vez más desgastados campos guerrenses, si no se le fertiliza la gramínea apenas crece. Cualquier aplicación del abono más adelante será vana.

Ya cayeron las primeras lluvias. Con las aguas, los caminos y brechas que conducen a comunidades y parcelas han comenzado a desbaratarse. Se vuelven intransitables. Trasladar el fertilizante de las bodegas en las cabeceras municipales hasta los surcos es, cada vez más, misión imposible.

En muchas localidades el abono distribuido es insuficiente, llega a cuentagotas, provoca conflictos internos y choques con los ediles. La desesperación cunde. Los labriegos han tomado carreteras, retenido a funcionarios públicos, ocupado bodegas y distribuido por sí mismos el fertilizante.

Hace falta celeridad en el aterrizaje del programa. Apenas el año pasado, muchos maiceros ya habían aplicado la segunda dotación de abono a las milpas, pero este año ni siquiera lo han recibido. Por eso, los productores de Zapotitlán Tablas y sus 55 comunidades bloquearon la carretera Chilapa-Tlapa 22 días. Retuvieron al alcalde, Joaquín Luciano Rosendo. Sólo así arrancaron de la autoridad dos paquetes por hectárea.

Para evitar la corrupción en la distribución del fertilizante, el gobierno federal centralizó el programa. Pero no se dimensionó el tamaño del asunto. La entrega se volvió caótica. La coordinación entre las dependencias fue terrible. No hubo acoplamiento en el terreno. Los pleitos entre políticos brotaron como los hongos. Se minimizó la necesidad de consultar a la gente.

El antiguo cenecista Jorge Gage Francois, habilitado como teniente coronel de la 4T, coordinador nacional del Programa de Fertilizantes de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), operó primero desde la Ciudad de México y, cuando comenzó a estallar la crisis, desde el hotel Holiday Inn en Chilpancingo. Ni él, ni el resto de los funcionarios involucrados, comenzando por el secretario Víctor Villalobos, tomaron el pulso real del conflicto...