La Jornada, 03 de octubre de 2017
Como sucede en las cenas de gala de la aristocracia nacional a beneficio de los huérfanos y de los pobres de la capital en las que se sirven canapés de caviar y foie gras, una parte de las ceremonias de entrega de la ayuda humanitaria para los damnificados por el sismo del 7 de septiembre se ha convertido en un show de promoción empresarial.
Según las crónicas de sociales, apenas hace unos días, el empresario Gerardo Rejón y Ruiz de Velasco, presidente de Enlace Empresarial del CEN del PRI, llegó al aeropuerto militar de Ixtepec en su avión particular para entregar su caridad a los afectados por el sismo. Con un reloj Turbillon de 4 millones de pesos en la muñeca izquierda y una camiseta con el logotipo del mezcal Los Amantes, donó altruistamente dos plantas luz con un costo de 50 mil pesos cada una y 200 despensas. Esas despensas fueron entregadas en la octava sección de Juchitán, envueltas en bolsas con su nombre, por el diputado local priísta y presidente del Congreso oaxaqueño, Samuel Gurrión.
Mal y de malas, la tragedia que se cierne sobre Oaxaca no sólo ha tenido como telón de fondo la asistencia de deslumbrón, sino el olvido nacional. El sismo del 19 de septiembre desplazó la atención mediática sobre la tragedia oaxaqueña. Desde esa fecha, la solidaridad proveniente de otros estados hacia los damnificados de esa entidad disminuyó drásticamente. Una parte de la prensa casi abandonó la cobertura. En muchos periódicos se publican más notas sobre la colonia Condesa en Ciudad de México que sobre todo el Istmo de Tehuantepec. Si después del 7 de septiembre en el aeropuerto de Ixtepec había 30 helicópteros y aeronaves, a partir del 19 la cifra disminuyó a la mitad.
Aunque el gobierno oaxaqueño ha pedido que se emita el decreto de emergencia en 279 municipios, la crisis afecta a toda entidad. La actividad económica se ha visto severamente afectada en casi todas las regiones y no sólo en el Istmo. Por ejemplo, la cadena productiva de la Mixe está estrechamente ligada a Tehuantepec, de manera que el colapso en una afecta grandemente a la otra. Adicionalmente, la Mixteca ha sido lastimada por diversos eventos naturales.
El Istmo abarca 20 mil kilómetros cuadrados. Su infraestructura está severamente dañada. La devastación que sufre es espectacular. Están muy dañadas las redes de agua potable, de drenaje y los caminos. La economía local está golpeada. Antes del sismo, mucha gente vivía al día. Ahora, ya no tiene ingresos, ni forma de obtenerlos a corto plazo. Las redes de apoyo intercomunitarias para paliar las desgracias familiares están afectadas. La inseguridad alcanza niveles escandalosos. La situación sanitaria es cada vez más delicada...