Italia: incertidumbre del presente

La jornada, 01 de noviembre de 2005

Laboratorio privilegiado de la lucha política alternativa, Italia vive hoy una intensa agitación estudiantil. Miles de jóvenes han tomado las facultades de universidades de todo el país. El pasado martes más de 100 mil personas asediaron el Parlamento en Roma, en una acción sin precedente en la historia de las luchas sociales recientes. Su consigna es: "nuestro tiempo empieza ahora".

Protestan contra una reforma educativa que rompe con los mecanismos de docencia y reclutamiento de personal académico, que ata la investigación y la cátedra al financiamiento privado, y que busca vincular estrechamente la universidad a los requerimientos del mercado de trabajo. La nueva legislación ha sido promovida por el gobierno de derecha del empresario Silvio Berlusconi, para acabar, según se ha dicho, con la oligarquía de los barones del conocimiento. Y es que, como en gran cantidad de instituciones de educación superior el pensamiento de la izquierda es sumamente influyente, los conservadores han decidido emprender una ofensiva en forma para desmantelar su presencia.

Esta reforma, sin embargo, no es novedosa, sino que es el último eslabón de una cadena, impulsada por una legislación anterior nacida de las filas de la administración de centro izquierda en 1998, y que, según diversos analistas, abrió la puerta a la descalificación y parcelación del saber, canceló el Plan de Estudios Libres e impuso un sistema de financiamiento a los estudios disciplinarios.

La universidad está bajo ataque, dice Nicola Grigion, dirigente estudiantil universitario de Padua ligado a los Centros Sociales. La reforma formaliza una situación de precariedad juvenil. Los estudiantes de hoy viven la incertidumbre no sólo del futuro, sino del presente. De triunfar la reforma -añade-, la universidad no les daría la posibilidad de construirse un futuro, pues estaría sujeta a la racionalidad del mercado, que hace depender todo del dinero.

Los muchachos que protagonizan la protesta forman parte de una generación que incursionó en la arena de la lucha social a partir de la movilización contra la globalización neoliberal efectuadas en Génova durante la reunión del G8 en 2001. Muchos participaron en las jornadas de lucha contra la guerra e invasión de Irak. Este movimiento retoma muchas de las formas de lucha puestas en práctica en aquel entonces.

Se trata, por principio de cuentas, de una fuerza autoconvocada y autorganizada, que no delega su representación en nadie, de funcionamiento horizontal, no promovida ni dirigida por los partidos, organizaciones políticas ni sindicatos. Funciona sobre la base de las asambleas estudiantiles soberanas. Para trasladarse a Roma y asistir a la manifestación tomaron trenes y pagaron sólo un euro.

Esta intensa movilización corre paralela a los comicios electorales de abril del año que viene. A pesar de que el conflicto estudiantil ha atravesado los comicios, la mayoría de los partidos políticos no miran la lucha de los jóvenes desde su especificidad, sino desde la lógica de búsqueda de los votos...