La Jornada, 06 de noviembre de 2018
¡Clic! ¡Clic! ¡Clic! Puño izquierdo en alto, el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, y el dirigente magisterial de Michoacán Víctor Manuel Zavala sonríen satisfechos a la cámara. El encuentro ha terminado.
Apenas unos minutos antes, el futuro jefe del Ejecutivo había dicho a los 40 integrantes de Comisión Nacional Única de Negociación (CNUC) de la disidencia magisterial: Yo le tengo un gran respeto a la CNTE, lo único que quedó después del vendaval neoliberal. Todo lo demás, no resistió. Acabaron con los sindicatos independientes y democráticos, como el SME. Ya nada más quedan ustedes. Yo les tengo un gran aprecio.
Y, ya encarrerado, los invitó a su toma de posesión el próximo primero de diciembre. A siete representantes, porque no se puede a todas las secciones, les aclaró.
La fotografía, captada el pasado 28 de octubre, es testimonio de una reunión inédita. El encuentro oficial de la CNTE y un futuro jefe del Ejecutivo, por primera vez en casi cuatro décadas de vida de la organización. En un acercamiento previo, apenas un día antes, siete miembros de la dirección política nacional del magisterio democrático, se habían reunido con el presidente electo.
Ambas reuniones, pero especialmente la segunda, transcurrieron de manera fluida en un clima de calidez y respeto. Los maestros fueron, a un tiempo, firmes en sus convicciones y planteamientos, y cuidadosos en el trato. Nada que ver con la imagen de un grupo rijoso e intransigente que ciertos medios han fabricado sobre ellos. López Obrador fue directo en sus propuestas y cercano en su trato. Su discurso fue el de un aliado interesado en pactar acuerdos al tiempo que guarda su autonomía, colocando sus cartas sobre la mesa.
AMLO se reunió con la coordinadora antes de hacerlo con Juan Díaz de la Torre y la dirección del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), y con Elba Esther Gordillo y Maestros por México (M×M). Pero eso no significa que haya escogido a la CNTE como su único interlocutor entre los docentes. Por ello, les pidió no cerrarse a la participación de otras organizaciones del magisterio. Se requiere –dijo– la reconciliación. Vamos a buscar ese acuerdo. Es un proceso.
“El gobierno –señaló– no va a tener sindicatos ni líderes favoritos. Va haber democracia sindical. Los dirigentes van a ser los que elijan los trabajadores. Serán reconocidos los dirigentes que surjan del proceso democrático, en elecciones limpias y libres. Es democracia. Democracia en el sindicato, democracia en la familia, democracia en la sociedad. Democracia como forma de vida. Lo hacemos por convicción. No por hacerles la barba...