La empresa templaria

La Jornada, 11 de febrero de 2014

Desde el puerto de Lázaro Cárdenas parten los barcos que transportan el hierro que el dragón chino demanda para satisfacer el voraz apetito de materias primas que su crecimiento sostenido requiere. Cada cargamento vale 13 millones de dólares. En un año zarpan 30 buques con los contenedores llenos del mineral. Entre 50 y 75 por ciento de ese hierro proviene del crimen organizado, señala un reportaje del canal de televisión británico Channel 4.

Michoacán ocupa el primer lugar en la producción nacional de hierro. Su extracción creció en la entidad de manera sostenida y acelerada, estimulada por los altos precios. Los responsables formales de las explotaciones son mineras, en su mayoría trasnacionales, como Ternium, Arcelor Mittal, Endeavour Silver Corp y AHMSA, que tienen concesionado poco más de 15 por ciento del territorio del estado. Sin embargo, Los caballeros templarios les han complicado el negocio.

El cártel tiene el control de partes muy importantes de la cadena productiva. Exige a las compañías pagar cuotas de protección por el trasladado de su cargamento. Hace negocios con otros empresarios que extraen mineral de explotaciones no concesionadas. Tiene buenas relaciones comerciales con compradores e influencia sobre la aduana de Lázaro Cárdenas. Cobra por el uso de muelles del puerto. En las negociaciones entre mineras y ejidatarios presiona a las corporaciones para que paguen más regalías, servicio por el que carga una comisión.

Y, cuando las empresas se atreven a desafiar sus presiones, el cártel no duda en actuar. En abril de 2013, Virgilio Camacho, ejecutivo de Arcelor Mithal, la mayor compañía acerera del mundo, fue asesinado después de que denunció a los templarios.

El caso de la exportación de hierro a China muestra que los caballeros son mucho más que un grupo dedicado a traficar drogas. Los estupefacientes son apenas uno más de los rubros en los que se ocupan. Se dedican también a administrar la violencia, impartir justicia y cobrar impuestos. Sus negocios han tejido una imbricada telaraña empresarial que opera en las principales ramas productivas, tanto legales como ilegales, de Michoacán y otras entidades. Son un corporativo vigoroso comandado por hombres de empresa.

Así lo reconoce su líder Servando Gómez Martínez, La Tuta. Según él, su organización es una hermandad, un mal necesario, una empresa que busca proteger y apoyar al pueblo, dedicada a hacer negocios...