La extraña muerte de Ramiro Taboada

La jornada, 19 de febrero de 2002

En su defensa de los intereses comunitarios cosechó poderosos enemigos, por lo que las autoridades tienen obligación de esclarecer el homicidio.

El pasado 11 de marzo Ramiro Taboada fue el dirigente indígena que pronunció las primeras palabras del acto político para recibir al EZLN en el Zócalo de la ciudad de México: "Los zapatistas del centro les damos la bienvenida a los zapatistas del sur". Casi diez meses después, en la madrugada del 14 de enero, apareció muerto a consecuencia de heridas "atípicas".

Ramiro Taboada, después de asistir a una boda, fue gravemente herido en su natal Milpa Alta. Una patrulla de la policía preventiva lo encontró ese lunes. Fue trasladado a un hospital, donde falleció por traumatismo craneoncefálico y abdominal. Sus venas tenían, misteriosamente, huellas de inyecciones, y varias partes de su cuerpo presentaban excoriaciones.

En el primer momento las autoridades dijeron que su muerte fue un simple accidente de automóvil, pero la presión de familiares obligó a replantear la investigación, con un nuevo funcionario como responsable. Muchos compañeros creen que su deceso fue en realidad un asesinato. La sospecha no es mera lucubración.

Ramiro Taboada era representante comunal de Milpa Alta, fundada en el año 1157 y uno de los pocos enclaves rurales que sobreviven en la ciudad de México. Desempeñaba allí un papel clave. Su saber sintetizaba décadas de lucha y su autoridad moral le permitía mediar entre los asegunes de los líderes de las distintas localidades y posiciones políticas, así como entre los representantes de las nueve comunidades que la integran. Era, además, dirigente de la Alianza de Pueblos Indígenas, Ejidos y Comunidades del Valle del Anáhuac y una de las más respetadas figuras del Congreso Nacional Indígena. Su homicidio es un duro golpe para estas organizaciones en un momento vital para su sobrevivencia.

Taboada resumía en su persona la complejidad de ser indio en una de las ciudades más grandes del mundo y combinaba creativamente lo propio y lo ajeno, sin renunciar ni a lo nuevo ni a lo viejo. En su liderazgo se sintetizaba la resistencia de una comunidad a la presión sobre la tierra, el bosque y las aguas por parte de poderosos agentes económicos y políticos...