La mano tendida

La Jornada, 29 de noviembre de 2011

En su artículo Debate en libertad, Enrique Krauze ofrece a La Jornada tender la mano. Lo hace al tiempo que lanza nuevas calumnias y mentiras contra el diario y sus directivos. Su propuesta despide la misma fragancia que la emitida el 1º de agosto de 1968 por Gustavo Díaz Ordaz en Guadalajara. En aquella fecha, el presidente ofreció su mano extendida a quien quisiera estrecharla. Después de eso ordenó la matanza del 2de octubre.

Este doble rasero quedó al descubierto en su escrito Pasar la página, publicado el pasado domingo 27 de noviembre. Allí el escritor se declara dispuesto al debate de ideas, pero lo hace diciendo nuevas falsedades e infundios contra La Jornada.

Sin aportar pruebas, acusa al periódico de estalinista, mentiroso y antisemita.

El actual pleito con La Jornada tiene más de siete años. En marzo de 2004, Fernando García Ramírez, subdirector de Letras Libres, incriminó al diario como cómplice del terror de ETA. Su calumnia carecía de cualquier sustento. Enrique Krauze, el director de la revista, apoyó a su pupilo y se negó a disculparse.

A pesar del tiempo transcurrido desde la aparición del libelo, el director de Letras Libres sigue denunciando a La Jornada de ser cómplice de ETA y justificando las calumnias de García Ramírez. En Debate en libertad, afirma que Josetxo Zaldúa, coordinador general de edición, tenía dos procesos abiertos en España al momento de la publicación de Cómplices del terror. El señalamiento es falso. Trece años antes, en 1991, el juez Carlos Bueren, de la Audiencia Nacional, cerró los procesos. Josetxo Zaldúa tiene doble nacionalidad (México y España) y viaja libremente por el mundo, incluyendo España, donde estuvo por última vez en julio pasado.

Ahora, a pesar de los infundios, Enrique Krauze pretende hacerse pasar por víctima. Se dice ofendido porque el periódico ha mostrado los intereses a los que sirve, su papel de intelectual orgánico de la derecha iberoamericana y su función como compañero de viaje del Partido Popular de España.

Entre el 11 de mayo de 1998 y el 15 de marzo de 2004La Jornada criticó en sus editoriales a ETA y su política criminal al menos en 11 ocasiones. Sin ambigüedad señaló que sus atentados eran inadmisibles e injustificables, que la organización debería desaparecer y que ninguna causa justificaba su violencia. No fue novedad. Lo hizo antes y lo ha seguido haciendo después.

En un ejercicio que muestra de cuerpo entero su seriedad y profesionalismo como historiador, Enrique Krauze ocultó estos editoriales. Como eran prueba documental de que él y su revista han mentido durante años, decidió ignorarlos...