La otra campaña: las cuentas del collar

La jornada, 20 de septiembre de 2005

Muchas de las cuentas que dan forma al collar de la resistencia contra el neoliberalismo en México están puestas sobre la mesa. Los materiales de los que están hechas, su color, su tamaño, son todos diferentes. No se encuentran aún ensartadas por hilo alguno. Siguen siendo piezas independientes unas de otras. Pero decidieron juntarse. Y han bautizado su aspiración de llegar a ser collar con el nombre dela otra campaña.

La diversidad de sus integrantes es sorprendente: sindicalistas, organizaciones indígenas, intelectuales, artistas, religiosos, colonos, feministas, homosexuales, lesbianas, defensores de los derechos humanos, ambientalistas y estudiantes.

Las formas de asociación que tienen son sumamente heterogéneas: colectivos, organizaciones gremiales, articulaciones etnopolíticas, grupos de afinidad, plataformas políticas, protopartidos, frentes sociales, agrupamientos cívicos, ONG, medios de comunicación.

Sus proyectos políticos son extraordinariamente variados: del marxismo neanderthal al anarquismo clásico, pasando por el autonomismo, el anticapitalismo difuso, el feminismo radical, el comunismo ortodoxo, el ecologismo, las distintas variantes de trostkismo, el altermundismo, el antiautoritarismo libertario y, por supuesto, el zapatismo.

Están allí los sobrevivientes del naufragio del socialismo junto a los jóvenes que no lo vivieron, pero quieren cambiar el mundo y se niegan a pagar facturas que no son suyas. Así son unos y otros; así llegaron hasta allí. Están una parte nada despreciable de las fuerzas sociales que han acompañado al EZLN durante casi 11 años. Y están, también, los hijos del zapatismo: la generación que nació a la política a raíz del levantamiento armado de enero de 1994, que se ha educado con los escritos del subcomandante Marcos y que ha sido parte de sus iniciativas, como la Marcha del Color de la Tierra de febrero-marzo de 2001.

La otra campaña les ha proporcionado a todos ellos visibilidad pública, un espacio de convergencia y un horizonte de lucha que ninguno tenía en lo individual. Ha dado un lugar de encuentro a proyectos con distintas tradiciones, esquemas de organización y lenguajes. Lo ha hecho, además, a contracorriente de la contienda electoral.

La Sexta Declaración ha logrado un éxito real al hacerse parte de la agenda política nacional. Un país que prácticamente no existe en los medios de comunicación se ha colado en ellos. La reaparición pública del EZLN ha sido divulgada por los grandes consorcios informativos, en mucho por las críticas formuladas a Andrés Manuel López Obrador y al Partido de la Revolución Democrática (PRD). El deslinde con El Peje ha suscitado un intenso y apasionado debate que ha permitido a la otra campaña posicionarse en la prensa escrita...