La sobreviviente

La jornada, 26 de octubre de 2004

A Elba Esther Gordillo se le han complicado las cosas últimamente. Y no sólo porque su salud no es buena. Muy lejos están los días de gloria con los que soñó en febrero de 2002, cuando fue nombrada secretaria general del PRI. Su influencia dentro del partido ha disminuido sensiblemente, sus bases se rebelan, su proyecto sindical se resquebraja y las denuncias en su contra crecen.

La profesora comenzó a caer en desgracia el 28 de noviembre de 2003, cuando 120 diputados de su bancada firmaron un documento desconociéndola como coordinadora.

Elba Esther trató de frenar la maniobra presentando, sin éxito, dos amparos contra su destitución. En diciembre de 2003, desde el grupo Fuerza Renovadora, junto con la fracción del PAN, apoyó, fracturando a su partido, la reforma hacendaria, impulsada por el tricolor. La iniciativa también naufragó. La lideresa moral del magisterio dejó de ser la interlocutora entre el PRI y la administración de Vicente Fox. Las derrotas de Gabino Cué en las elecciones para gobernador de Oaxaca y de Gerardo Buganza en Veracruz acabaron de hundirla, al punto que sus compañeros en Oaxaca y Baja California amenazan con expulsarla de sus filas.

Tan delicada es la situación de la profesora en su partido, que el 27 de julio el diputado Martín Carrillo Guzmán, de la dirigencia del SNTE, que se ha propuesto a sí mismo como encargado de bailar con Elba Esther en las fiestas, declaró desesperado a la prensa: "Por qué no dicen de la enorme aportación que la maestra Gordillo ha hecho al PRI (...). Por qué no hablan y dicen que es el CEN del PRI el que divide a los priístas en los estados de la República. Ellos generan el problema; hay maestros y maestras trabajando y ellos llegan y los hacen a un lado".

En el ISSSTE, la posición política que le fue concedida por el presidente Vicente Fox a la maestra, las cosas tampoco marchan bien para ella. La reforma de su sistema de pensiones y jubilaciones ha puesto todo de cabeza en su interior. El actual director de la institución, Benjamín González Roaro, promotor de la medida, es un personaje hecho a la sombra de Elba Esther. Cualquier acción que cuestione su autoridad es un jaque al proyecto de hegemonía del mundo laboral por la profesora.

Hoy ese control está en entredicho. El solo anuncio de la reforma legal -que, entre otras cosas, terminaría con el actual sistema de pensiones, creando una Afore-encendió la mecha del descontento sindical del magisterio. El pasado viernes 22 de octubre, en Ciudad Juárez, Chihuahua, profesores enardecidos obstruyeron el convoy presidencial mientras gritaban "Fox, entiende, el ISSSTE no se vende". Apenas un día antes otro grupo de mentores habían tomado las oficinas nacionales de la institución en la ciudad de México para rechazar la reforma a la institución.

El ISSSTE es clave en el proyecto sindical de Elba Esther. Desde allí se manejan préstamos personales y, desde su órgano desconcentrado (el FOVISSSTE), se otorgan créditos hipotecarios para la adquisición de vivienda. Estas prestaciones son fundamentales para comprar la lealtad de los dirigentes de los organismos gremiales burocráticos en los que la maestra quiere influir. El instituto, por ejemplo, le ha concedido certificados de vivienda y préstamos a 21 sindicatos disidentes del liderazgo oficial, cercanos a la maestra...