La Jornada, 01 de mayo de 2012
Como en muchos estados del país, en Oaxaca se vive un deterioro significativo de la educación pública superior. El Estado mexicano ha abandonado allí su compromiso de apoyarla. Los rezagos de orden material y académico se acumulan e impiden que cumpla a plenitud su misión. Los grupos de interés sangran y manipulan el funcionamiento de la principal universidad pública.
La Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO) es el más importante centro de educación superior en la entidad. Aunque en el estado existen 82 instituciones especializadas en esa actividad, ella sola absorbe 35 por ciento de la matrícula de licenciatura. De esas 82 instituciones de educación superior, 55 son universidades, 37 particulares y el resto públicas.
A pesar de ello, la UABJO sufre una persistente incapacidad financiera para hacer frente ante sus compromisos, que la tienen permanentemente al borde la insolvencia. El gobierno federal y los gobiernos estatales se han negado a apoyarla plenamente para que cumpla sus compromisos. La institución ha crecido con grandes distorsiones y los grupos de interés han medrado con su presupuesto.
Esta falta de compromiso gubernamental puede verse con claridad en un ejemplo: de las 250 mil becas de educación superior que se otorgaron en el país en el ciclo 2007-2008, la UABJO sólo obtuvo 935, es decir, 0.4 por ciento. Lo dramático de esta situación resalta si consideramos que, en la entidad, casi uno de cada tres jóvenes que cursan estudios superiores trabaja al mismo tiempo que estudia.
Que el Estado rehúya sus obligaciones educativas es particularmente grave en un estado como Oaxaca. La proporción de jóvenes de entre 19 y 23 años que han estudiado allí en los últimos 10 años sólo ha crecido 2 por ciento, mientras a escala nacional se incrementó 6 por ciento. Durante el decenio 2000-2010 la matrícula aumentó 21 por ciento, pero a escala nacional creció 47 por ciento.
En materia de educación superior la entidad tiene el último lugar nacional en la tasa de absorción. La proporción de alumnos de nuevo ingreso en universidades, tecnológicos y normales superiores respecto a los alumnos egresados de bachillerato apenas llega a 44 por ciento, mientras el promedio nacional es de 79 por ciento...