Lauro Juárez: crimen impune

La Jornada, 08 de abril de 2008

El aviso llegó el 3 de marzo. Dos campesinos que cazaban ardillas en el paraje El Potrillo, en el municipio de San Juan Lachao Nuevo, Oaxaca, encontraron un cráneo, parte de la espina dorsal y de las extremidades inferiores de una persona, una cartera con su credencial de elector, un pantalón rasgado y una camisa, ambas manchadas de sangre. El gobierno del estado dictaminó que los restos de la osamenta eran de Lauro Juárez.

Lauro Juárez era un indígena chatino de 43 años de edad. Originario y vecino de La Arena, Santa Maria Temaxcaltepec, Juquila, Oaxaca, fue electo regidor de Hacienda del cabildo no reconocido por el Instituto Estatal Electoral. Era padre de tres hijos. El luchador social pertenecía a la Unión de Campesinos Pobres (UCP) y al Frente Popular Revolucionario (FPR). Estaba desaparecido desde el 30 de diciembre de 2007.

El día en que fue desaparecido forzadamente participaba en un bloqueo, junto con indígenas de Temaxcaltepec, San Gabriel Mixtepec y Santos Reyes Nopala, para demandar respeto a los usos y costumbres en la elección de autoridades. La protesta se efectuó en la carretera federal Oaxaca-Puerto Escondido, para exigir la realización de nuevas elecciones.

Los chatinos son un pueblo indígena de orígenes remotos (hay vestigios de su existencia que datan del 400 antes de Cristo) que vive en la Sierra Madre del Sur del estado de Oaxaca. Se nombran a sí mismos en su lengua cha’tnio, que significa “trabajo de las palabras”, o los que hablan palabras laboriosas. El censo del año 2000 registró 41 mil hablantes de este idioma.

Campesinos pobres en su mayoría, sembradores de maíz, cultivadores de café y cuidadores de bosques, los chatinos se han visto obligados a jornalear en las grandes fincas privadas de café y a migrar a Estados Unidos. Para ellos migrar es “morir un poco”. Han defendido sus tierras y sus bosques enfrentando, también, un sanguinario cacicazgo priísta. En abril de 1995, elementos del 54 batallón de infantería de Puerto Escondido mantuvieron sitiados a los habitantes de Santos Reyes Nopala.

El pueblo chatino, nos recuerda Benjamín Maldonado, ha forjado importantes intelectuales. Uno de ellos fue Tomás Cruz Lorenzo, precursor del pensamiento autonómico y organizador comunitario, fundador de la revista El Medio Milenio, donde publicó textos en los que relata la historia del despojo de las tierras de Yaitepec. Tenía 38 años y seis hijos cuando fue baleado el 26 de septiembre de 1989 en Juquila, mientras esperaba el camión para trasladarse a la ciudad de Oaxaca...