Marx y el magisterio mexicano

La Jornada, 08 de mayo de 2018

Cuando en mayo de 1941 fueron detenidos y apresados ocho estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, los policías y militares encargados del operativo se llevaron con ellos el retrato de Karl Marx que se encontraba el comedor de la escuela. Fueron acusados de ultrajes a la bandera nacional, delitos contra la autoridad y asociación delictuosa (https://bit.ly/2wkXApa).

Que un cuadro del filósofo de Tréveris estuviera en una normal campesina no era una anomalía. Tampoco que los sectores más retrógrados lo consideraran la fuente de todos los males. Desde su nacimiento, estos centros escolares fueron acusados de ser kínderes bolcheviques. En sus muros aparecen regularmente los retratos de los autores de La sagrada familia acompañados, desde la década de 1960, de egresados de esas escuelas, como Lucio Cabañas y Misael Núñez Acosta, o que estudiaron en la Nacional de Maestros, como Genaro Vázquez.

Algún corresponsal extranjero, de esos que no acostumbran salir de las colonias Condesa o Roma de Ciudad de México, que visitó la Normal Raúl Isidro Burgos a raíz de la desaparición forzada de sus 43 estudiantes, escribió que esos murales lo trasladaban a un país socialista. La verdad es que no tenía que ir tan lejos para encontrar la fuente de inspiración de esas obras de arte. Le habría bastado con asomarse a la escalera principal de Palacio Nacional y ver el fresco de Diego Rivera titulado Epopeya del pueblo mexicano, para encontrar, entre imágenes de obreros, huelgas y banderas rojas con la hoz y el martillo, a Karl Marx deteniendo con una mano el Manifiesto comunista.

Pero la relación entre los normalistas rurales y Marx va mucho más allá de lo gráfico. Es integrante de su panteón. Es parte de su imaginario profesional. Desde hace décadas, lo leen y discuten en los círculos de estudios organizados como currícula alterna por el Comité de Orientación Política e Ideológica de su organización nacional, la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México.

Esta relación entre el Marx y trabajadores de la educación no es privativa de los maestros rurales. Por el contrario, es común a muchísimos profesores del sistema de educación pública. Forma parte de su visión del mundo. Y lo ha sido durante un siglo. Tanto así que, en mucho, el magisterio ha sido uno de los principales difusores del marxismo desde que aterrizó en México.

En las filas del Partido Socialista Obrero, que según su fundador en 1911, el alemán Pablo Zierold, cabía en un coche, participaron profesores. Desde 1913, Rafael Pérez Taylor anunciaba en El socialismo en México la misión de éstos: El socialismo no puede tener mejor amigo, ni mejor defensor, que el honrado maestro...