La jornada, 12 de marzo de 2002
Una de las paradojas del movimiento contra la globalización neoliberal en México radica en que, a pesar de que este país es una de sus cunas, no ha podido convertirse en fuerza social relevante.
La insurgencia zapatista de enero de 1994 se explicó a sí misma como respuesta al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Dos años y medio después, el EZLN efectuó en la Selva Lacandona el primer Encuentro por la Humanidad y contra el Neoliberalismo, momento clave en la articulación de la resistencia mundial contra el Consenso de Washington.
En el terreno de las ideas se han elaborado en México análisis relevantes sobre la globalización. Los ensayos del subcomandante Marcos: 7 piezas sueltas del rompecabezas mundial (El neoliberalismo como rompecabezas: la inútil unidad mundial que fragmenta y destruye naciones) y Oximorón se publicaron y debatieron en multitud de idiomas. Reflexiones como las de Pablo González Casanova (el neoliberalismo de guerra) o Víctor Flores Olea son aportaciones relevantes a la caracterización del fenómeno.
Sin embargo, este esfuerzo inicial no cuajó en la formación de un movimiento amplio. Las redes más comprometidas con una globalización alternativa, como la Red Mexicana de Acción contra el Libre Comercio (RMALC) han documentado los efectos dañinos de la liberalización económica, han participado regularmente en foros alternativos en otros países, pero no han podido movilizar masivamente a sectores de la población en esta lucha ni han articulado los intereses de los nuevos damnificados sociales. A pesar de su empeño, su presencia en la política nacional y los medios de comunicación es marginal.
Grupos de agricultores y campesinos han protestado intermitentemente en contra del TLCAN, pero sus acciones no han atraído las simpatías de la población. Aunque algunas de sus acciones, como el cierre de fronteras y aduanas, han sido espectaculares, su lucha ha tenido poca resonancia. La protesta que realizó un grupo de activistas el año pasado en Cancún alcanzó relevancia sólo porque fue salvajemente reprimida por la policía.
La presencia de grupos mexicanos en foros alternativos e iniciativas de asedio contra cumbres multilaterales han sido muy reducidas. Los núcleos promotores no se han "sintonizado" ni con los sentimientos de la nación ni con las asociaciones regionales que podrían ser la base de esta lucha...