Ostula: autodefensa y desarme

La Jornada, 25 de marzo de 2014

Lujo, refinamiento y calidad son el sello de los vehículos Rolls Royce. Los tableros de varios de sus modelos están hechos con sangualica, una madera preciosa, dura y pesada, también conocida como granadillo, que crece en las costas michoacanas. Por su calidad y color, se utiliza también para elaborar paneles de yates y fabricar bisturíes e instrumentos musicales.

Considerado en México árbol en vías de extinción, enlistado en la NOM-059-SEMARNAT-2010 con la categoría de especie protegida, su elevado precio y la gran demanda del mercado asiático han propiciado su saqueo y exportación ilegal. En julio pasado, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente aseguró precautoriamente en el puerto de Manzanillo dos contenedores con poco más de 39 metros cúbicos de madera de esta materia prima forestal que se pretendía enviar a China.

Como en tantas otras actividades ilícitas perpetradas en los 25 kilómetros de la región costera del municipio de Aquila, en la tala irracional de la sangualica y su venta a China continental está involucrada la empresa templaria. No es su único negocio en la región. Por allí salen también, con el mismo destino, toneladas y más toneladas de hierro. Desde esas playas se llega y se sale de las partes más escarpadas de Tierra Caliente. En sus litorales desembarcan lanchas rápidas con cargamentos de coca provenientes de Colombia. En los ranchos privados asentados sobre la ocupación ilegal de territorios comunales aterrizan avionetas Cessna para trasladar armas y drogas.

En esas costas se disputan palmo a palmo y vida a vida la tierra, el territorio y los recursos naturales. De un lado, los comuneros nahuas de Ostula y 22 poblados cercanos; del otro, juntos o separados, están los pequeños propietarios privados, la empresa minera Ternium-Las Encinas SA (la segunda en importancia a escala estatal) y Los caballeros templarios.

Esta lucha arrastra medio siglo. Comenzó cuando en 1964, después de que sus tierras ancestrales fueron reconocidas por una resolución presidencial, fallas técnicas en los planos permitieron a los pequeños propietarios de La Placita invadir el territorio comunal y fraccionarlo. Esos invasores son hoy, con frecuencia, integrantes o aliados del crimen organizado en la región...