La jornada, 17 de mayo de 2005
Reprobado. Pablo Salazar no aprobó el examen sobre negociación de conflictos. Ha crispado el clima político en Chiapas. Ha ofendido a maestros, médicos y campesinos. La indignación en su contra crece.
Quienes hoy lo repudian no eran sus enemigos; por el contrario, en su mayoría votaron por él el 20 de agosto de 2000 para que gobernara el estado. Pero ahora lo son: han sido agraviados.
El pasado primero de mayo se realizó en Tuxtla Gutiérrez la manifestación más numerosa en la historia de la entidad. Asistieron entre 70 y 100 mil personas, sobre todo profesores. La movilización gremial se convirtió en un acto de rechazo al mandatario estatal.
La columna vertebral de la protesta son los maestros de la sección 7 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Participan también los trabajadores de salud de la sección 50 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud. Y se ha sumado una larga lista de organizaciones campesinas regionales golpeadas por la administración estatal.
Como candidato Pablo Salazar hizo muchas promesas al magisterio. Les ofreció gestionar ante las autoridades federales sus demandas históricas. Les prometió marchar con ellos porque sus demandas son justas. Aseguró que trabajaría por la seguridad social, apoyando la jubilación dinámica. Aseguró que mejoraría la infraestructura de las escuelas.
Ya de gobernador olvidó sus compromisos y emprendió una ofensiva para cancelar algunas conquistas gremiales. Incumplió acuerdos. Canceló el internado de la Escuela Normal Rural de Mactumactzá. Quitó el Fondo Solidario para el Retiro. Anuló el derecho sindical de participar en las contrataciones de nuevo personal. Sustrajo 20 días de aguinaldo a los trabajadores homologados.
Los mentores chiapanecos respondieron a las agresiones en su contra presionando en las calles. Ahora se disponen a marchar a la ciudad de México. No comen lumbre. Tienen una larga historia de lucha en la que han combinado la movilización con la negociación. La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), principal fuerza democratizadora del sindicato magisterial, nació en Chiapas hace 25 años, en mucho como resultado de un paro indefinido de los profesores.
Pero el gobierno del estado, en lugar de abrir las puertas de la negociación, las cerró y se dedicó a criminalizar la protesta. Detuvo a cuatro maestros que fueron presentados ante la opinión pública como secuestradores por participar en la toma de un edificio público. Desató una ofensiva campaña de medios en contra de quienes protestaban, y ahora amenaza con despedir a los huelguistas y contratar esquiroles...