País de nota roja

La Jornada, 01 de junio de 2010

México se ha convertido en un país de nota roja. No es asunto de percepción. Es una cuestión de hechos. La violencia se ha extendido hasta niveles inusitados y atraviesa todos los sectores sociales. Hampa, política y mundo empresarial se han entremezclado de manera espectacular.

No es que los medios de comunicación exageren para pelear por la audiencia o para vender más ejemplares. Las primeras planas de los periódicos reproducen, lisa y llanamente, lo que acontece en las plazas públicas y en los sótanos del país. No inventan, reflejan. La prensa no es hoy más amarillista o escandalosa de lo que era hace unos años. Es la realidad la que se ha modificado y ha hecho de las acciones criminales un asunto cotidiano. Los medios no pueden ignorar este hecho. La prensa construye una realidad a la medida de su público, no la inventa.

La muerte de Paulette, el secuestro de Diego Fernández de Cevallos y la detención de Gregorio Sánchez, candidato a gobernador por Quintana Roo, por citar los últimos eslabones de la cadena, son realidades, no invenciones mediáticas. Como lo son, con toda su elocuencia dramática, los cadáveres colgados en un un puente en Cuernavaca; las cabezas cercenadas que regularmente aparecen en Guerrero y otros lugares del país; las narcomantas; la ejecución de cantantes famosos a los que se relaciona con cárteles de la droga; el asesinato de 16 muchachos en una fiesta en Ciudad Juárez, o la muerte de estudiantes del Tec de Monterrey.

Escribió Jorge Ibargüengoitia (En primera persona: nota roja): Leo notas rojas con frecuencia sin ser sanguinario ni sentirme morboso. Creo que todas las noticias que se publican son las que presentan más directamente un panorama moral de nuestro tiempo y ciertos aspectos del ser humano que para el hombre común y corriente son en general desconocidos; además siento que me tocan de cerca.

Al contar lo que sucede en México como un país de nota roja, los medios están describiendo, con toda crudeza, el panorama moral de nuestro tiempo y nuestro país. La historia de la administración de Felipe Calderón se está contando en la nota roja de los periódicos no en los artículos y discursos de sus publicistas oficiales. Su sexenio pasará a la historia como el del Ejército en las calles, los miles de asesinados, las violaciones a los derechos humanos y la inseguridad pública...