Rafael Jacobo García, el congruente

La Jornada, 06 de diciembre de 2011

La tensión entre rebeldía y sometimiento ha pautado la historia del movimiento campesino mexicano, dice Armando Bartra. En el forcejeo por romper las ataduras del control estatal o sujetarse a él se ha formado su liderazgo. Los dirigentes rurales que a lo largo de toda su vida han mantenido su independencia son muy pocos. Rafael Jacobo García fue uno de ellos.

Desde hace décadas el interlocutor natural de las dirigencias de las organizaciones campesinas en la lucha por la tierra, la gestión asociada a la producción y los servicios es el Estado. Un dirigente campesino tiene peso si posee derecho de picaporte con los funcionarios del sector agropecuario y los gobernadores, y si esas relaciones políticas se traducen en soluciones a sus agremiados.

La inmensa mayoría de las centrales campesinas dependen para su funcionamiento de los recursos económicos que logran negociar con los poderes. El centro de su acción reivindicatoria gira en torno al Estado.

A lo largo de toda su vida, Rafael Jacobo García supo negociar con las administraciones en turno sin ser cooptado por ellas. Nació en 1929 en el ejido La Goma, en Lerdo de Durango. Heredero de una larga tradición de lucha campesina de La Laguna, se formó políticamente en las filas de lo que sería la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC) y del Partido Comunista Mexicano (PCM).

Hijo de una familia campesina que luchó en las filas de la División del Norte, fue un extraordinario organizador, a pesar de que estudió solamente hasta el segundo año de primaria. Durante su vida como agrarista radical y comunista se metió hasta las comunidades más remotas para animar la lucha campesina. Hombre modesto, respetado por sus compañeros, con profundo sentido de la injusticia, fue conocido en el movimiento campesino por su vocación unitaria.

Jacobo García repartió 10 millones de hectáreas, muchas de buena calidad. Trabajó, además, para promover el acceso de los labriegos a los programas federales. Todavía en marzo de este año, después de ser detenido y encarcelado en mayo de 2008, consiguió que un grupo de hombres del campo de Pánuco, Veracruz, fuera dotado con 830 hectáreas. En su honor, los campesinos bautizaron el ejido con el nombre de su dirigente.

En 1962 fundó, junto con Ramón Danzós Palomino, la llamada CCI Roja. En octubre de 1975, al calor del ascenso de la lucha campesina por la tierra, fue uno de los fundadores de la CIOAC. En abril de 1979 participó en el intento por registrar un sindicato nacional de obreros agrícolas, a lo que las autoridades se negaron. En 1981 promovió la formación de una unión nacional de crédito, que, a pesar de algunos éxitos locales, terminó naufragando como instrumento financiero al servicio de los campesinos...