La Jornada, 05 de mayo de 2009
Smithfield es el más importante procesador de puerco en el mundo. Durante 2008 sacrificó más de 31 millones de marranos y empacó alrededor de 3 millones de kilos de carne de cochino. Sus ingresos superaron los 11 mil 351 millones de dólares. Controla 31 porciento del mercado de Estados Unidos.
En México esta empresa es propietaria de 50 por ciento de las acciones de Granjas Carroll, en Puebla y Veracruz, y de Agroindustrial del Noroeste (Norson) en Sonora. Durante el año fiscal 2008, Granjas Carroll, que tiene 56 mil vientres, produjo 950 mil animales, mientras Norton, con 35 mil vientres, crió 467 mil puercos.
El presidente del consejo de directores de Smithfield Foods se llama Joseph Luter III. Vive en un condominio de lujo en Manhattan y se mueve por el mundo en un jet de la empresa y un yate privado. El periodista Jeff Tietz, de Rolling Stone, cuenta que el empresario se describe a sí mismo como un hombre rudo en un negocio rudo. Según él, la mayoría de los vegetarianos son neuróticos.
La compañía líder en la engorda y procesamiento de puercos es también una formidable maquinaria contaminante. Cada año genera toneladas de basura que destruyen ríos, matan millones de peces y enferman personas. De acuerdo con la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés), la planta de engorda más grande de la empresa, localizada en Carolina del Norte, descarga más basura tóxica en el agua de ese país que la que producen conjuntamente las otras tres instalaciones que le siguen.
La empresa reivindica una cultura de responsabilidad ambiental. Sin embargo, la polución que genera la contradice. En 1997, en Virginia, Estados Unidos, fue multada con 12.6 millones de dólares por cometer 6 mil 900 violaciones a la legislación federal de protección al agua (Clean Water Act). La sanción ambiental fue una de las más elevadas en la historia de ese país.
La reputación de la compañía es terrible. En tres ocasiones (1997, 2000 y 2006) ha aparecido en la lista que la prestigiada revista Multinational Monitor elabora para designar a las peores empresas del año. La primera se dio en 1997: por la contaminación ambiental que provoca. La segunda fue por sus prácticas para monopolizar la cría y engorda de marranos, dejando fuera del mercado a los pequeños productores familiares. La tercera por sus prácticas laborales, antisindicales y violatorias de la legislación estadunidense...