Los usos y abusos del bicentenario

La Jornada, 03 de agosto de 2010

Entre los múltiples usos políticos que se le dan a la historia se encuentra el de legitimar las políticas de los gobiernos en turno. Los festejos del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución son una muestra de ello. La administración de Felipe Calderón ha tratado de convertirlos en herramienta para avalar su iniciativa de unidad nacional, su abandono de la defensa de la soberanía nacional y su combate al narcotráfico.

De manera reiterada durante todo el sexenio, el jefe del Ejecutivo ha invocado el mantra de la unidad nacional, para enfrentar el fantasma de un país profundamente dividido y agraviado. Los festejos no han sido la excepción. “Yo quiero invitarlos –dijo– a que este año del bicentenario de la Independencia y del centenario de la Revolución, las mexicanas y los mexicanos de todos los grupos, partidos, regiones, religiones, distintas maneras de pensar y de sentir acerca y por nuestro México, seamos capaces de unirnos en el ideal de país, de unirnos en torno a estas conmemoraciones y que estén, estas fechas tan significativas, por encima de nuestras legítimas discrepancias y diferencias.”

Por supuesto, el llamado a la unidad en abstracto del mandatario no ha sido respetado ni por él ni por sus colaboradores. No en balde José Manuel Villalpando fue designado titular de la comisión nacional de los festejos por el bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución Mexicana. Abogado por la Escuela Libre de Derecho, durante años colaborador de Enrique Krauze y divulgador de historia en programas radiofónicos, Villalpando ha encabezado algunas de las más importantes cruzadas mediáticas para rescribir el pasado desde una visión conservadora, reivindicar a traidores y dar lustre al gobierno panista. Lo ha hecho, amparado en la idea de que a la historia no se le puede comprar, ni cooptar, ni callar, ni borrar.

En 2006, en plena contienda electoral, el historiador se puso los guantes de box para disputar a Andrés Manuel López Obrador la herencia de Benito Juárez. En entrevista con el periódico Crónica, afirmó: “Hoy en día lo utiliza un candidato a la Presidencia de la República con fines totalmente partidistas; lo hace falseando lo que era Juárez en realidad. Y vende mucho: como nuestro pueblo no sabe o sabe poquitas cosas de don Benito… Pero la sorpresa es mayúscula, porque Juárez no es de izquierda, es de derecha”...