La Jornada, 08 de agosto de 2017
Se acusa a Venezuela de no ser una democracia. Se dice que su presidente desde 2013, Nicolás Maduro, es un dictador. De su antecesor, Hugo Chávez, se afirmó que era un tirano. En blanco y negro ¿qué tan ciertas son estas imputaciones?
En sentido estricto, desde la perspectiva de la transformación social, la discusión implica, contrastar la relación (o falta de ella) existente entre la democracia procedimental y la democracia participativa y la construcción del poder popular. Pero, dejemos de lado por ahora este asunto, y revisemos solamente si la vida política venezolana cumple con los rasgos principales de una democracia representativa.
A raíz la muerte de Hugo Chávez, el vicepresidente Nicolás Maduro asumió, provisionalmente, la presidencia de Venezuela, el 8 de marzo de 2013. Casi un mes después, el 14 de abril, ganó las elecciones presidenciales para un periodo de seis años (hasta 2019), con una diferencia de más de 200 mil votos con respecto a su más cercano competidor, el derechista Henrique Capriles. Maduro fue democráticamente electo como legítimo mandatario de la República Bolivariana de Venezuela.
En una dictadura no se celebran elecciones. Sin embargo, en Venezuela hay comicios y consultas públicas regularmente. Desde que Hugo Chávez asumió la Presidencia de la República en 1999 ha habido innumerables comicios: cuatro presidenciales (cinco, si se cuenta el que ganó Chávez por primera ocasión en 1998), cuatro parlamentarias, seis regionales, siete municipales y dos para Asamblea Nacional Constituyente (ANC). Se han efectuado, además, seis referendos, incluyendo el de 2004 que ratificó como jefe del Ejecutivo al hijo de Sabaneta.
Casi todas las elecciones nacionales han sido ganadas claramente por el chavismo. Sólo en dos ha triunfado la oposición (una, parlamentaria, en 2015). En las demás fue derrotada. Eso no le ha impedido conquistar algunas gobernaciones y otros gobiernos locales.
Venezuela tiene un sistema político multipartidista, con grandes facilidades para hacer coaliciones electorales. El principal agrupamiento opositor, la Mesa de Unidad Democrática (MUD), está integrado por 19 partidos. Decenas de partidos hacen política abierta y participan en las elecciones. Los requisitos legales para formarlos son mucho más flexibles que en México.
En la Asamblea Nacional, los pueblos indígenas tenían derecho a tres diputados, elegidos en tres circunscripciones electorales. En la actual Asamblea Nacional Constituyente participan ocho representantes indígenas, electos en un primer momento según sus usos y costumbres, en casi 3 mil 500 asambleas...