Venezuela hoy

La Jornada, 28 de febrero de 2012

Desde los 12 años, Alejandro Aguiar fue pescador en isla Margarita. Salía a alta mar y llevaba la pesca a Curazao. Pescaba atún, lisa, carie (sierra chica), corocoro, sardina, bagre, pargo, mero. Las campañas duraban mes y medio o dos meses. Regresaba a tierra oliendo a mar.

En isla Margarita o se es pescador o se trabaja en el ferry, o en los barcos, o de taxista. Aunque últimamente hay empleos en el turismo, la gente de mar es gente de mar siempre. Alejandro era uno de esos.

Pasados los 60 años el señor Aguiar dejó de pescar. El mar es muy traicionero y hay que tenerle cuidado por más que se haya pasado la vida en él. El mar es dueño y señor de sus espacios. Él solo se gobierna. Los pescadores saben cuándo es el momento de decirle adiós y así tuvo que hacer Alejandro.

Para sobrevivir cuando se retiró de la pesca, el señor Aguiar hacía redes para los pescadores jóvenes y cuidaba lanchas y barcos de otros. Tenía 70 años y no poseía nada aparte de sus atarrayas y sus redes. Su único futuro era seguir viviendo así, hasta que el gobierno lo pensionó. Nunca había cotizado a un instituto de seguridad social ni a un fondo de pensiones, pero había trabajado siempre. Después de casi dos años de gestiones fastidiosas, el gobierno bolivariano lo incluyó en el seguro social y comenzó a recibir una pensión. El horizonte de su vida, y el de su familia, cambió.

El gobierno de Hugo Chávez no sólo dio pensiones a los adultos mayores. También eliminó la pesca de arrastre, dañina como es, y decidió apoyar a los pescadores familiares. Los empresarios de las arrastradoras pusieron el grito en el cielo y se le echaron encima. Lo pescadores artesanales lo apoyaron.

La historia de Alejandro Aguiar no es excepcional. Según los resultados del último censo recientemente difundido, en Venezuela hay 50 personas dependientes por cada 100 en edad de trabajar. Muchos laboraron toda su vida o son madres que sacaron adelante a sus hijos y que, en los últimos años de su vida, se encuentran sin ingresos para sobrevivir. Para ellos se creó una pensión universal.

Durante los 13 de años de gobierno chavista se ha duplicado la inversión social. Y los resultados están a la vista. La Unesco declaró a ese país libre de analfabetismo. Venezuela es el segundo lugar en América Latina y el quinto en el mundo en incremento de la matrícula escolar. El rendimiento en los salones de clase ha crecido, en parte, porque 4 millones de niños reciben dos comidas al día gratuitamente. Ningún menor pisa un aula con el estómago vacío...