Venezuela: la salud de los muertos

La Jornada, 02 de octubre de 2012

En abril de 2012, Walter Mercado, el más famoso astrólogo latinoamericano, predijo la inminente muerte de Hugo Chávez. A finales de mayo, el conocido periodista estadunidense Don Rhater, editor del canal de cable HDNet, aseguró que el mandatario venezolano padecía un agresivo cáncer conocido como rabdomiosarcoma metastático, y que era muy probable que no llegara con vida a las elecciones presidenciales de Venezuela.

A menos de una semana de la realización de los comicios, el presidente Chávez está vivo, sano y activo. Sin dar muestras de agotamiento ha protagonizado una intensa campaña y ejerce tareas de gobierno. Viaja, participa en mítines, toma la palabra y da instrucciones ininterrumpidamente. No hay en su rostro ni en su conducta seña alguna de que los vaticinios sobre su fallecimiento vayan a hacerse realidad.

Que las profecías de un charlatán profesional fallen es previsible. Que las filtraciones divulgadas por un periodista serio, que supuestamente verifica sus fuentes, resulten falsas es algo que sucede. Pero no puede ser casualidad que ante la inminencia de un proceso electoral clave se difundan, de manera simultánea y sistemática, predicciones de videntes e informes confidenciales de profesionales de la prensa y se organice una verdadera campaña de desinformación sobre la salud de Hugo Chávez. La ofensiva mediática tiene una intención: tratar de desmoralizar a los seguidores del presidente.

La oposición venezolana y sus aliados internacionales quisieron hacer de la salud del mandatario venezolano un elemento central de su estrategia electoral. Primero aseguraron que moriría, después dijeron que estaba agónico y no se iba a poder presentar a los comicios; luego afirmaron que no podía hacer campaña; finalmente tuvieron que inventar que el viejo y enfermo Chávez ha sido arrollado por la juventud y energía de Henrique Capriles.

Nada de eso ha sucedido. La apuesta opositora resultó un fracaso. En lugar de desanimarse, los simpatizantes del mandatario se unieron en torno suyo y tomaron las calles. Prácticamente todos los sondeos vaticinan su triunfo este 7 de octubre, por una diferencia que fluctúa entre 10 y 20 puntos.

¿Es el presidente un político viejo y agotado, como asegura la oposición? No, no lo es. Se trata de acusaciones sin fundamento. El mandatario tiene 58 años, la misma edad de Angela Merkel, un año más que Mariano Rajoy, dos menos que Vladimir Putin y siete menos que Dilma Rousseff. Basta ver la dinámica de su campaña, la convicción de sus discursos, su capacidad de seducción, el despliegue de su narrativa, el tiempo que pasa de pie cada día para darse cuenta de que es un hombre vigoroso...