#YoSoy132: cuando la realidad está en las calles

La Jornada, 24 de julio de 2012

El movimiento #YoSoy132 está innovando la forma de hacer política práctica en México. Lo ha hecho, de entrada, al incidir en el espacio público sin ser un partido político. Ha mostrado que es incorrecto identificar política y partido. Ha enseñado que se puede transformar la realidad, que se puede establecer eficazmente distancia del Estado desde el apartidismo.

El movimiento se ha dado a sí mismo sus propias normas, sus formas de gobierno, sus mecanismos de representación, sus demandas, su plan de acción. En el camino, ha desplegado una capacidad de articulación fuera de lo común. Nacido de la libre asociación creativa y desinteresada de los jóvenes que lo integran, es autónomo e independiente de cualquier grupo o partido político.

Su apartidismo no significa que esté contra los partidos. Simple y llanamente no quiere ser metido en esa jaula. Por ejemplo, estudiantes y voceros de #YoSoy132 calificaron de acertadas y positivas las iniciativas de Andrés Manuel López Obrador en su plan en defensa de la democracia; sin embargo, añadieron: Somos totalmente independientes de sus iniciativas; nos mantenemos apartidistas, pacíficos y neutrales.

El movimiento surgió como un hecho, como un acontecimiento político que modificó el curso de la campaña electoral y la vida política del país. Nadie lo previó, ni lo ideó, ni lo inventó, ni realizó trabajo de organización para fundarlo. Simple y llanamente pasó.

Pero el movimiento sigue sucediendo. Sus iniciativas no cesan. Sus acciones colectivas continúan causando rupturas y transformando la política nacional por una ruta inédita. Irrumpen en el curso normal de los acontecimientos políticos y los descarrilan. Cambian, sin permiso, el libreto dictado desde el poder sobre el destino inmediato de la tragicomedia política nacional y obligan a escribirlo nuevamente.

Como si el cansancio y el desgaste no existieran, a sus convocatorias a tomar las calles para frenar la imposición de Enrique Peña Nieto se suman, semana tras semana, decenas de miles de ciudadanos. Y, aunque la fuerza de #YoSoy132 no debe medirse por lo que de él se dice en los medios, cada una de sus propuestas es replicada y desvirtuada hasta el cansancio por los intelectuales mediáticos. Por algo será...