Guerrero, muerte sin fin
La Jornada, 20 de diciembre de 2016
Ese 23 de noviembre temprano madrugó la madrugada. A las 6:45 de la mañana, tres hombres armados secuestraron al maestro de primaria Irineo Salmerón Dircio. Se dirigía a su trabajo en San Lucas, Tixtla, en el estado de Guerrero.
El profesor Irineo era un profesionista y un luchador social querido y admirado por sus compañeros. Además de enseñar, era el coordinador del comité de enlace de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Policía Comunitaria (CRAC-PC) en Tixtla.