Guerrero: narcotráfico y elecciones

La Jornada, 17 de marzo de 2015

El pasado 9 de marzo, un grupo armado levantó a Aidé Nava González. Ella se encontraba en el crucero de Tecoanapa, a la mitad de la carretera Chilapa-Ahuacuotzingo, en el estado de Guerrero. Viajaba en una camioneta Ford Lobo. Un día después fue hallada sin vida y decapitada.

Cerca de su cadáver se encontró un mensaje que decía: Esto le va a pasar a todos los putos políticos que no se quieran alinear, putos chaqueteros. Atte. Puros Rojos ZNS.

Unos días antes, Aidé Nava se había registrado para postularse a la candidatura a la alcaldía de Ahuacuotzingo por el Partido de la Revolución Democrática (PRD). Su nombramiento era casi seguro. No tenía adversarios serios en las filas del sol azteca.

Apenas nueve meses atrás, su esposo, Francisco Quiñonez Ramírez, fue asesinado al regresar de hacer compras en Chilapa, para celebrar su cumpleaños 42. Un grupo de hombres armados rafagueó su vehículo Ford Lobo rojo. Él falleció desangrado. Aidé Nava lo acompañaba.

Francisco Quiñonez fue presidente municipal de Ahuacuotzingo durante el periodo 2009-2012. Aunque militó originalmente en las filas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), ganó la alcaldía con las siglas del PRD. Antes de ser ejecutado preparaba su regreso a la política. Piedras de color amarillo con las letras F y Q, con la leyenda soy tu amigo, aparecieron pintadas en los caminos del municipio.

A pesar de pertenecer formalmente a un partido que se reclama de izquierda, Quiñonez fue muy criticado como alcalde. Abundaron las acusaciones en su contra por autoritarismo y corrupción. Durante su gestión la violencia floreció. Él lucró con la distribución de fertilizante para los campesinos. Al dejar la presidencia municipal era dueño, entre muchos otros bienes, de multitud de vehículos que no tenía antes de ocupar el puesto.

Tanto Aidé Nava como Francisco Quiñonez pertenecían a la corriente Nueva Izquierda, dirigida en Guerrero por el diputado federal Sebastián de la Rosa. Mantenían una excelente relación con el ex alcalde de Iguala José Luis Abarca, acusado de ser el responsable intelectual de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Cuando Abarca cayó en desgracia, De la Rosa lo defendió a capa y espada.

En octubre de 2012, Francisco Quiñonez Nava, hijo de Aidé y Francisco, fue secuestrado en Chilpancingo. Sus captores subieron un video en el que el muchacho, con los ojos vendados, pedía a sus padres entregar 300 mil pesos para su liberación. Hasta la fecha se encuentra desaparecido. Botón de muestra de cómo funciona la justicia en el reino de la impunidad guerrerense, ni la ejecución de Francisco Quiñonez ni el secuestro de su hijo fueron esclarecidos...