Felipe González: el vicio imprescindible

La Jornada, 07 de abril de 2015

Nada más llegar de Washington, el ex presidente del gobierno español Felipe González anunció que asumirá la defensa de Leopoldo López y Antonio Ledezma, dirigentes de la oposición venezolana de ultraderecha, detenidos en su país por presunta participación en un intento de golpe de Estado. En Estados Unidos, el veterano político ibérico participó en un acto organizado por el Instituto Brzezinski sobre Geoestrategia en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.

Zbigniew Brzezinski es uno de los principales cerebros del presidente Obama. Suthink tank está considerado como el principal laboratorio de ideas en Washington en materia de política exterior y de seguridad. Felipe González y él se conocen desde un viaje que el socialista español hizo a Estados Unidos en 1977, clave en la construcción de los apoyos internacionales del andaluz.

La decisión del ex dirigente del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de defender a los dos opositores venezolanos presos no es un hecho aislado. Es la última jugada de Washington en el tablero de la desestabilización política contra el régimen de Nicolás Maduro, echada a caminar ante el fracaso de las apuestas anteriores.

Los descalabros de esta estrategia fueron reconocidos el pasado viernes por la subsecretaria estadunidense del Departamento de Estado para Asuntos de América Latina, Roberta Jacobson. La funcionaria dijo estar decepcionada por el amplio rechazo en la región a las sanciones de Estados Unidos contra Venezuela, y por la demonización de Estados Unidos departe de los líderes latinoamericanos.

En absoluta sintonía con estas declaraciones, González declaró pocos días antes al diario El País que lamentaba la falta de reacción de los líderes democráticos latinoamericanos y que la deriva venezolana le produce preocupación.

Interrogado sobre si ¿aceptaría participar en una mediación? entre gobierno y opositores de esa nación, respondió: Yo nunca le diría que no a Venezuela. No sería capaz. Mis vínculos afectivos con ese país son lo suficientemente fuertes, incluso en un estado de ánimo no positivo, para no decir nunca que no.

Felipe González sabe a lo que juega al sumarse a la nueva escalada contra la revolución bolivariana. Además de que no ha ocultado nunca sus simpatías por la oposición venezolana, tuvo en ese país, al inicio de su carrera política, una plataforma privilegiada para acumular capital político y, para convertirse en el prohombre de la reconquista española de América Latina...