La Jornada, 14 de julio de 2015
En unos cuantos minutos Nayeli Mijangos saltó a la fama. El testimonio de lo que ella describió como los 15 minutos más aterradores de mi vida comenzó a difundirse profusamente el pasado 4 de julio en televisión, radio y prensa escrita. Desde entonces no hay día en que su historia no aparezca en algún medio de comunicación.
Chiapaneca, de 28 años de edad, Nayeli se convirtió desde ese momento en emblema de la supuesta brutalidad de los maestros democráticos del país. Según su relato, ella llegó al Centro de Estudios Tecnológicos Industrial y de Servicios (Cetis) número 138, en Tuxtla Gutiérrez, para presentar su examen como docente. Sin embargo, un grupo de profesores que rodeaban el plantel para impedir la prueba le estorbó el paso y la agredió.
La señorita Mijangos montó en pánico. De acuerdo con su narración, varios profesores le quitaron la ficha para efectuar el examen y otros documentos. Después, cinco sujetos le cortaron trozos de cabello. “Pensé –contó a la prensa– que me iban matar, que me iban a violar”. A pesar de que en el plantel había muchos testigos, no hay fotos de la supuesta agresión ni testimonios de otras personas que corroboren su palabra.
De inmediato, los medios de comunicación electrónicos pusieron el grito en el cielo. Agreden en Chiapas a maestros, dijeron una y otra vez. Sin embargo, Nayeli Mijangos no es maestra ni lo ha sido nunca. Es reportera y estudió comunicación social. Tiene estrecha relación con la diputada local Alejandra Soriano.
Desde hace años, en su labor periodística ha denostado a la CNTE. Así lo hizo, por ejemplo, en A bajar la cortina, donde narra cómo, supuestamente, comerciantes del centro de Tuxtla Gutiérrez se fueron a pique por la lucha magisterial. El 19 de octubre de 2013tuiteó:“Ooootra de maestros vs la prensa: amagan, empujan y roban memoria de su cámara al fotógrafo de la Tinta.”
La licenciada Mijangos asegura que el pasado 4 de julio iba a concursar para poder impartir la materia de redacción y expresión en el nivel medio superior. Sin embargo, ese sábado los exámenes no eran para ingresar a dar clases, sino para otro asunto: la evaluación para el ingreso y promoción a cargos de dirección, supervisión y asesoría técnica pedagógica en educación media superior. Es decir, o la periodista se equivocó de examen o, en realidad, fue al Cetis 138 a otra cosa: a protagonizar un montaje contra la CNTE.
Ante la prensa, además de atacar a los profesores democráticos, se dedicó a ensalzar la evaluación educativa. “No le veo ningún inconveniente a ser evaluados –dijo ante los micrófonos–; la superación profesional es algo de lo cual siempre me ha gustado y por eso quiero acceder a practicar un examen de admisión para poder tener un lugar y superarme profesionalmente”...