De Ayotzinapa a Oaxaca: la gran calumnia

La Jornada, 28 de julio de 2015

Dos fechas: 1941 y 2015. Dos geografías: Ayotzinapa y Oaxaca. Una misma afrenta: la calumnia y la estigmatización como forma de combate contra el magisterio democrático.

En 1941, maestros y estudiantes de la normal rural organizaron un paro de labores para exigir a la Secretaría de Educación Pública (SEP) que entregara los recursos que se había comprometido a dar para el funcionamiento de la institución. Estaban molestos, además, porque la Secretaría nombró a un director de la escuela que despidió a los profesores más comprometidos, no daba clases, no vivía en la escuela y, para colmo de males, era aliado de caciques y comerciantes de Tixtla, enemigos de los campesinos.

El director de la normal acusó falsamente a los alumnos de que el 10 de abril de ese año, durante la conmemoración de la muerte de Emiliano Zapata, habían quemado el lábaro patrio e izado en su lugar una bandera rojinegra. El 2 de mayo siguiente, el gobernador se presentó en la escuela con soldados y policías y arrestó a seis estudiantes y tres maestros. De paso, detuvo un retrato de Carlos Marx que estaba en el comedor del internado.

El escándalo creció. Un par de meses después, el presidente Manuel Ávila Camacho visitó Ayotzinapa y ordenó a la SEP remover al director. Sin embargo, no reinstaló a los maestros cesados. Meses más tarde, los detenidos fueron liberados por falta de pruebas, y el secretario de Educación, Luis Sánchez Pontón, tuvo que presentar su renuncia.

La historia de esta barbaridad fue documentada por el agrónomo Hipólito Cárdenas, hombre de izquierda comprometido con las luchas campesinas, antiguo director de la normal rural. Tituló a su libro El caso de Ayotzinapa o la gran calumnia.

Por supuesto, no fue esa la única difamación sufrida a lo largo de la historia por la comunidad de la normal rural. Una y otra vez se han propalado todo tipo de maledicencias en su contra. Estas difamaciones fueron una de las causas que propiciaron la desaparición de 43 estudiantes y el asesinato de tres alumnos de esa escuela hace 10 meses.

Hoy, 74 años después de la gran calumnia contra los ayotzis, los maestros de Oaxaca sufren una embestida similar. Víctimas de una inescrupulosa campaña en medios promovida por el gobierno federal y la derecha empresarial, se les ha acusado falsamente de ser, entre otras lindezas, extorsionadores, vándalos, vagos, corruptos, delincuentes, ignorantes y desobligados.

La verdadera razón por la que se ha desatado esta cruzada de odio y mentiras contra los docentes oaxaqueños es porque rechazan una reforma a la enseñanza carente de contenidos pedagógicos, que no fue consensuada ni con ellos ni con el resto del magisterio nacional, y que ignora las condiciones en que trabajan: inequidad educativa, multiculturalidad, pobreza y marginación...