La Jornada, 13 de octubre de 2015
Desde el momento de su anuncio, la reforma educativa tuvo un inocultable aroma empresarial. Por más que se trató de disimular, fue evidente que, más que devolver la rectoría de la enseñanza pública al Estado, la nueva ley le entregó a los hombres de negocios un control cada vez mayor de este sector. Más que responder a consideraciones pedagógicas, los cambios al artículo tercero constitucional introdujeron a la Carta Magna la agenda y los intereses del sector patronal.
Ensoberbecidos, sin rubor alguno, el pasado 8 de octubre, los representantes de los amos de las finanzas ventilaron públicamente su beneplácito con lo que consideran su triunfo. Ese día, durante la reciente reunión sostenida entre el secretario de educación, Aurelio Nuño Mayer, y el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Alejandro Ramírez, presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios y fundador y vicepresidente de Mexicanos Primero, presumió que la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha retomado muchas recomendaciones de su organización.
De paso, avisaron que van por más. Gerardo Gutiérrez Candiani, curiosamente presidente del CCE a pesar de no tener empresas importantes conocidas, y aspirante a la gubernatura de Oaxaca por el partido que sea, anunció que en las próximas semanas el sector privado firmará un convenio con la SEP para satisfacer exigencias adicionales: nuevos planes de estudio que incluyan materias como civismo, ética, inglés e incluso emprendedurismo; adopción de la educación dual, referida a la vinculada con el aprendizaje dentro de empresas privadas, y el rescate de los oficios y formación de técnicos especializados para relacionar la educación con los sectores productivos.
Es decir, no contentos con denostar al magisterio nacional y ala enseñanza pública a través de una ofensiva campaña en los medios de comunicación, de imponer atributos acordes con su visión del mundo a la educación que imparte el Estado, y de crear un régimen de excepción laboral para los maestros, los hombres de negocios pretenden ahora implantar las materias y los contenidos educativos de la enseñanza pública.
Por si fuera poco, engolosinados por quedarse con una tajada aún más grande del pastel de la enseñanza pública, comprometieron a los organismos empresariales del CCE, por voz de Gutiérrez Candiani, a participar en la escuela pública y en el programa educativo, mediante apoyos o adoptando escuelas primarias. Esto significa dar un paso más en la privatización de la enseñanza a través de las escuelas chárter.
Como para no dejar duda de la injerencia que los hombres de negocios tienen en la definición de la agenda educativa, el secretario Nuño reconoció que el sector empresarial ha sido fundamental para continuar con la aplicación de la reforma. Y, para que quedara claro quién manda, cuando en ese mismo foro los mismos patronales le demandaron aplicar la ley contra los maestros disidentes, Nuño Mayer respondió amenazando con descontar el día a los maestros que suspendan actividades como protesta contra la norma...