Los caminos de la narcopolítica

La Jornada, 02 de mayo de 2017

“Guerrero está en manos de los narcos”, la autoridad oficial ha sido sustituida por la autoridad del narcotráfico, asegura Salvador Rangel Mendoza. Y, añade, explicando la relación entre funcionarios y crimen organizado: La violencia sigue porque no la quieren aplacar, porque no quieren dialogar. El narcotráfico es un gran negocio y si hay acuerdos no conviene que el negocio se acabe.

Salvador Rangel Mendoza noes un profesor universitario. Tampoco es parte de algún grupo defensor de derechos humanos. Menos aún es integrante de alguna organización opositora al gobierno. Es, simple y llanamente, obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa.

El prelado no habla por hablar. Conoce los problemas que vive la gente en su obispado. Distingue entre los campesinos que siembran la amapola y la mariguana y los narcos que la comercializan. “La sierra –dice– es el eslabón más débil de la heroína. Los que siembran están medio esclavizados, reciben un mínimo beneficio y la cultivan para vivir”.

La radiografía de la narcopolítica que monseñor Rangel Mendoza hizo pública no es exclusiva de Guerrero. El pasado 29 de marzo, el fiscal general de Nayarit, Édgar Veytia, fue detenido en San Diego acusado de fabricar, distribuir e importar a Estados Unidos heroína, cocaína, metanfetaminas y mariguana. Se le acusa de ser un narcotraficante en gran escala, que aprovechó su cargo para operar en favor del cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Apenas el pasado 9 de abril, el ex gobernador de Tamaulipas Tomás Yarrington fue arrestado en Florencia para ser extraditado a Estados Unidos. Se le acusa de narcotráfico y lavado de dinero. La agencia antidrogas estadunidense (DEA, por sus siglas en inglés) asegura que durante su mandato como gobernador recibió dinero del cártel de Golfo y de Los Zetas para permitir el trasiego de drogas.

En 2014, Jesús Reyna, ex gobernador interino de Michoacán y ex secretario de Gobierno, fue recluido en el penal de máxima seguridad del Altiplano, en Almoloya, estado de México, por su relación con el cártel de Los caballeros templarios. Fue consignado bajo los cargos de delincuencia organizada en la modalidad de fomento de delitos contra la salud.

El 24 de mayo de 2001, Mario Villanueva Madrid, ex gobernador priísta de Quintana Roo, fue aprehendido por nexos con el narcotráfico. Liberado en 2007, fue detenido inmediatamente por una petición de extradición de EU.

La sombra de vínculos estrechos entre mandatarios y el crimen organizado señalada por el obispo Salvador Rangel se cierne también sobre muchos otros gobernadores y ex gobernadores. También sobre alcaldes, diputados, funcionarios públicos, policías y militares. La lista es interminable...