La Jornada, 05 de marzo de 2019
Las cuentas no le salen a la oposición venezolana. El concierto Venezuela Aid Live se propuso recaudar 100 millones de dólares. Pasó ya más de una semana de su realización y apenas ha conseguido 2.5 millones. La convocatoria de Paulina Rubio y Maná resultó infructuosa.
La asistencia humanitaria que pretendían trasladar a territorio venezolano el 23 de febrero no pudo cruzar la frontera colombiana. No pasó un solo camión. Pero, además, quedó al descubierto que entre la carga que transportaban había muchas más cosas que comida y medicinas. En el Puente de Ureña, los simpatizantes del autoproclamado presidente Juan Guaidó le prendieron fuego a la ayuda. Aparecieron allí, junto a los restos de las bombas molotov que utilizaron, decenas de rollos de alambre, clavos, silbatos, cortauñas y bolsas de gel para bajar la fiebre. Todo un kit para protestas callejeras.
La oposición y sus patrocinadores en Washington confiaban en que el ejército venezolano se iba a resquebrajar ese día. Desde antes del 23 de febrero, los más altos funcionarios estadunidenses amenazaron a los militares bolivarianos con terribles sanciones si no desertaban. Pero no sucedió. Tanto así que el vicepresidente, Mike Pence, reprochó a Guaidó la continuidad de la adhesión de las fuerzas armadas al régimen.
Según el sitio La Política Online, el autoproclamado había prometido a Washington que si la mayoría de los líderes del mundo lo reconocía como la autoridad en Venezuela, al menos la mitad de los oficiales renunciarían. No ocurrió.
La Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) tiene cerca de 280 mil efectivos regulares. A pesar de la gran cantidad de dinero que se les ofreció para que traicionaran, solamente se fueron 116 miembros.
De cualquier forma, los antichavistas montaron un gran show con esas huidas. En los medios de comunicación se difundieron fotos, imágenes y entrevistas con supuestos desertores. La cadena NTN24 presentó a Marcos Rey Prieto, un sargento de la Guardia Nacional, entrando a Colombia a través de una trocha (camino ilegal). El uniformado había sido expulsado del cuerpo desde meses atrás.
Tampoco funcionó a los opositores montar operaciones de falsa bandera (maniobras encubiertas de gobiernos o corporaciones que aparentan ser obra de otras entidades), como la historia del robo de vehículos blindados. Como lo documentó la periodista Madelein García, de Telesur (https://bit.ly/2Eq7iqX), la mañana del 23 de febrero, en el Puente Simón Bolívar, tres militares de baja graduación robaron dos tabaqueras de la Guardia Nacional Bolivariana y las lanzaron contra las vallas y la gente que se encontraba del lado colombiano de la frontera. Varios civiles fueron arrollados. Algunos salvaron la vida de milagro...