La Jornada, 12 de marzo de 2019
Sabotaje es el nombre del juego. Guerra eléctrica es su modalidad. Desde la tarde del 7 de marzo, Venezuela vivió un apagón que dejó sin electricidad 18 estados de ese país, más de las dos terceras partes de su territorio.
El control automatizado de regulación del sistema de la Central Hidroeléctrica Simón Bolívar (Guri) fue atacado. La planta que abastece buena parte del territorio venezolano (la cuarta central hidroeléctrica más potente del mundo) sufrió una agresión cibernética. Fueron intencionalmente dañados también tres de los cinco generadores de respaldo.
Casi todo el país quedó a oscuras. Y cuando el sistema eléctrico había logrado ser restablecido en 70 por ciento, volvió a sufrir embestidas electromagnéticas y cibernéticas. El presidente Nicolás Maduro informó que fueron atacadas 150 subestaciones del país.
Los venezolanos aguantaron en calma las penurias provocadas por los cortes. Miles de chavistas salieron a las calles el pasado sábado para repudiar los atentados. El mandatario ubicó la agresión como parte de una guerra eléctrica anunciada y dirigida por el imperialismo estadunidense.
Menos de tres minutos después de la agresión, Marcos Rubio, senador estadunidense por Florida y orquestador central de la guerra contra la nación caribeña tuiteó: ALERTA: Informes de un apagón en todo #Venezuela en este momento; 18 de los 23 estados y el distrito capital se enfrentan actualmente a apagones completos. Aeropuerto principal también sin energía y generadores de emergencia han fallado. Curiosamente, en ese momento las autoridades no habían informado aún sobre el daño de los generadores de emergencia.
Como si fuera el secretario de Estado de Venezuela y no de Estados Unidos, Mike Pompeo tuiteó: No hay comida. No hay medicinas. Ahora no hay electricidad. Lo próximo, no habrá Maduro.
Y horas después (el 8 de marzo, pasadas las 5 de la tarde), el mismo Marco Rubio lanzó un nuevo mensaje: La falla eléctrica en todo el país, en Venezuela que ahora está en su hora 25 está causando daños económicos devastadores a largo plazo. En un abrir y cerrar de ojos, toda la capacidad de producción de aluminio del país fue destruida por los daños causados por el apagón.
Elliott Abrams, el enviado especial para Venezuela de Donald Trump, señaló que el apagón nacional en Venezuela es un recordatorio de que la infraestructura ha sido saqueada y se ha deteriorado bajo la mala administración de Maduro. Negó que la causa de los problemas de ese país sean las sanciones impuestas por Estados Unidos.
Para no desentonar con el coro de sus patrocinadores, el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, dijo que el apagón se mantendría hasta el cese de la usurpación. Y, ya encarrerado, no descartó invocar el artículo 187 que autoriza la injerencia militar exterior en Venezuela cuando llegue el momento. Es decir, volvió a abrir la puerta a la invasión armada de su país por potencias extranjeras...