El malestar sanitario

La Jornada, 26 de mayo de 2020

El doctor Roberto Gerardo Frías era director médico de la clínica 86 del IMSS, en Monclova, Coahuila. El 22 de abril falleció a causa del Covid-19. Desde el 5 de ese mes se sabía que estaba contagiado. Hasta el 15 ingresó a la clínica 7. Antes que él, en ese hospital murieron cuatro médicos más y un subjefe de enfermería.

Tuvieron que transcurrir 40 días después del primer caso de Covid-19 en la clínica 86 del IMSS y se produjeran 51 contagios dentro del hospital para que, el 25 de abril, el director del IMSS, Zoé Robledo, viajara a Monclova para reconocer que se habían cometido dilaciones, descuidos, deficiencias y errores en el tratamiento de los primeros casos de coronavirus en la clínica 7, y anunciar acciones para enfrentar la pandemia.

El deceso del doctor Frías y el brote epidémico en la clínica 86 distan de ser las únicas tragedias médicas en las instituciones sanitarias. Hasta el martes pasado, más de 11 mil trabajadores de la salud se habían infectado en México de Covid-19 (12 mil, según la FSTSE). Trágicamente, 149 médicos, enfermeras, camilleros y personal sanitario fallecieron (https://bit.ly/3c36EPf).

Más al sur, los trabajadores sindicalizados del Hospital Regional de Alta Especialidad de Oaxaca solicitaron a los directivos declararlo en cuarentena, para contener el brote epidemiológico por el coronavirus. Según el subdirector general de los Servicios de Salud de la entidad, Juan Carlos Márquez Heine, en el estado se habían producido, hasta el pasado 23 de mayo, 200 contagios de Covid-19 en su personal de salud, de los cuales 80 son doctores. ¡Cerca de 23.5 por ciento de los enfermos en la entidad!

Alarmados porque 19 de los 26 médicos residentes del Hospital General Regional 72 del IMSS, en Tlanepantla, se contagiaron de coronavirus, los doctores de la institución exigieron a Zoé Robledo una disculpa pública, equipos de protección personal e insumos. Negar la presencia de brotes en los hospitales no conducirá a gestionarlos, señalaron en carta pública.

Aunque las causas de los estragos provocados por la epidemia entre el personal sanitario son diversas, hay una constante: falta de previsión, incapacidad administrativa de la operación en la atención médica en gran escala y carencia de equipo de protección suficiente y adecuado.

No puede, entonces, extrañar que, al menos desde el 13 de marzo, se hayan producido incesantes protestas de los trabajadores de la salud en casi todo el país. Nos están dejando morir, se escucha frecuentemente en las movilizaciones. Tampoco, el que no pocos galenos dedicados a la consulta en especialidades distintas a la pandemia no hayan querido atender enfermos de coronavirus...