La Jornada, 06 de abril de 2021
No son flor de un día. Tampoco fruto de la temporada electoral o respuesta a la 4T. Las organizaciones no gubernamentales (ONG) tienen más de 70 años de vida en México. Por supuesto, a lo largo de tiempo y las distintas coyunturas políticas han modificado su misión, estructura de funcionamiento y modos de intervención social. Pero cualquier debate sobre ellas, debe considerar su larga historia.
Como ha explicado Luis Lopez llera, uno de los padres fundadores de la cooperación al desarrollo en México, en Sociedad civil y pueblos emergentes, las ONG nacen en la década de 1950, de la mano del Secretariado Social Mexicano de la Iglesia católica, formado para atender asuntos sociales. Fruto de este extensionismo es el movimiento de cooperativas de ahorro y crédito, y la fundación de la Escuela de Trabajo Social Vasco de Quiroga, dedicada a formar el personal especializado en esta labor. A finales de la década nació el Centro Nacional de Pastoral Indígena, antecedente del Centro Nacional de Asistencia a las Misiones Indígenas (Cenami), que ha desempeñado un papel fundamental en el acompañamiento a la reconstitución de los pueblos indios (https://bit.ly/3cJBEqY).
En los 60, en un continente sacudido por la revolución cubana y los movimientos de liberación nacional, la encíclica Populorum progressio y las protestas estudiantil-populares, surgen, inspirados en principios cristianos de solidaridad, organismos como el Instituto Mexicano de Estudios Sociales, Promoción del Desarrollo Popular, Centro Nacional de Comunicación Social, Centro de Estudios Educativos y Desarrollo Económico y Social del Mexicano.
En la década siguiente, la Compañía de Jesús cierra el Instituto Patria y compromete sus recursos en Fomento Cultural y Educativo, iniciativa al servicio de proyectos populares. Se crean también instituciones como Análisis, Desarrollo y Gestión y el Equipo Pueblo. Iluminados por la teoría de la alfabetización liberadora de Paulo Freire, centenares de grupos de base construyen un vigoroso movimiento de educación, salud y vivienda popular.
Las ONG se convirtieron, en el espacio asociativo para que sectores de la intelectualidad crítica se vincularan al campo popular. Y, más allá del trabajo organizativo y de concientización que realizaban, funcionaron como bisagras que enlazaban mundos distintos y construían circuitos de mediación social y laboratorios de desarrollos alternativos.
Durante los 80, los organismos civiles se desarrollaron teniendo como objetivo central intervenir en el movimiento popular, con las herramientas de la educación popular. Se concibieron como instrumento del movimiento social y actuaron con él desde una perspectiva autogestiva, clasista y de movilización de masas (https://bit.ly/2Pnnjrv)...