Algo más que un tigre de papel

La jornada, 15 de abril de 2003

En la segunda guerra del Golfo, Washington demostró su superioridad militar y económica. La administración de George W. Bush ha decidido volver a dibujar la geografía mundial, en la que Irak es apenas una estación de paso, no sólo por consideraciones ideológicas o por la búsqueda de recursos naturales, sino también porque está convencida de que el poderío estadunidense no puede ser contestado.

Estados Unidos es la nación con el mayor volumen de gastos militares. Su supremacía bélica es avasalladora. La brecha que existe entre su presupuesto de Defensa y el del resto del mundo es abrumadora. De acuerdo con información de Sipri, durante 2001 se desembolsaron en el mundo 839 mil millones de dólares en armamento y actividades bélicas, esto es, 2.6 por ciento del producto interno bruto del planeta. El 36 por ciento de ese gasto fue hecho por el país de las barras y las estrellas. Muy lejos le siguen Rusia, con 6 por ciento de los gastos mundiales, y Francia, Japón y Gran Bretaña, con 5 por ciento cada uno. Los 63 países de África y América juntos apenas sumaron 5 por ciento de los desembolsos en este rubro.

Los atentados del 11 de septiembre de 2001 y la llamada guerra contra el terrorismo tuvieron como consecuencia que durante 2002 y 2003 el presupuesto para defensa en Estados Unidos se incrementara aún más. Tan sólo para financiar la invasión contra Irak el Congreso de ese país aprobó un gasto de 80 mil millones de dólares.

Este predominio tiene, además, una poderosa base industrial detrás de sí. Siete de la 10 principales empresas productoras de armas en el mundo son estadunidenses. Sus volúmenes de ventas son multimillonarios. Tan sólo la primera de ellas, Lockheed Martin, facturó durante el año 2000 más de 18 mil millones de dólares. El capital de origen de las tres restantes se reparte entre distintas naciones europeas: BAE Systems, que ocupa el tercer lugar, es británica; EADS, ubicada en el séptimo sitio, tiene inversiones conjuntas de Francia, Alemania y España; y Thales, colocada en la octava posición, es francesa.

Estas compañías, que han vivido un fuerte proceso de concentración, han desarrollado una sofisticada tecnología de punta para fabricar armamentos sumamente letales. Esta producción le ha dado a Estados Unidos el predominio en el aire y en los mares. Además, esta industria ha sido importante generadora de divisas. Entre 1997 y 2001 Washington fue el principal exportador mundial de armamento, pero en 2001 pasó a segundo lugar, inmediatamente después de Rusia.

Al igual que todos los imperios a lo largo de la historia, Estados Unidos ha establecido bases militares en otros territorios. Las cuantiosas y constantes guerras en las que se ha involucrado le han permitido incrementar constantemente su número. Desde allí proyecta su poderío a regiones claves por su ubicación política o de recursos naturales...