Café: la nueva migración

La jornada, 09 de noviembre de 2004

Septiembre es, usualmente, un mes importante en el mundo del café. En esta fecha culmina el año cafetalero, en este caso, el del ciclo 2003/2004.

Y, en el balance anual, los productores del aromático se encontraron en con dos noticias: una buena y otra mala. La buena es que finalmente aumentaron los precios del grano, lo que hace suponer a los expertos que el fin de la crisis se encuentra cerca. La mala es que ese incremento está muy por debajo de lo que se esperaba, considerando la caída de la producción que hubo.

Efectivamente las cotizaciones de café tuvieron un pequeño repunte. El promedio mensual del precio indicativo compuesto de la Organización Internacional del Café (OIC) fue de poco más de 60 centavos de dólar la libra. Se trata del mejor nivel de precios desde agosto de 2000 (exceptuando junio de 2004).

Esta mejoría en las cotizaciones es resultado, en mucho, del descenso de más de 17.43 por ciento en la producción durante este ciclo. Si el año anterior el volumen cosechado alcanzó casi 122 millones de sacos, éste, en cambio, fue de poco más de 100 millones. De este modo, la tendencia a que la producción supere la demanda, presente de manera ininterrumpida desde el año 1998-1999, ha comenzado a cambiar.

Sin embargo, en contra de lo que los apologistas del libre comercio pregonan, la disminución en las existencias del aromático no ha propiciado un aumento proporcional de sus precios. Así sucede cuando los mercados están monopolizados por unas cuantas empresas, el control sobre los inventarios mundiales han pasado a manos de los países consumidores, y los especuladores en las bolsas de Nueva York y Londres pueden hacer de la economía caficultora un nuevo casino.

Según el director ejecutivo de la Asociación de la Industria del Café en Brasil, Natan Herszkowicz, los bajos precios no reflejan la "insuficiente oferta del grano". Desde su perspectiva, "los actuales precios del aromático "aún son muy bajos, 15 o 20 por ciento por debajo del nivel mínimo en que debería estar. El precio para nosotros debería ser de 100 dólares por saco".

Una investigación reciente sobre la correlación que se establece entre los precios y las existencias de café, llevada a cabo por la OIC, llegó a conclusiones demoledoras. "En el mercado libre -sostiene el documento-se observa que cobran mayor importancia las existencias en los países importadores. El bajo nivel de los precios se corresponde con la transferencia de existencias de los países exportadores a los países importadores"...