Pandillas de la globalización

La jornada, 30 de noviembre de 2004

En Tapachula, la ciudad más numerosa de la otra frontera, se viven días de histeria colectiva. Un falso anuncio radiofónico alertando sobre el ataque de maras salvatruchas contra centros educativos provocó el pánico. El pasado 22 de noviembre las escuelas cerraron, los padres encerraron a sus hijos en la casa y los maestros tomaron las calles para protestar. El ataque nunca se produjo.

Ciudad de tránsito de miles de migrantes centroamericanos indocumentados, centro de tráfico de drogas, puerta de entrada para prostitutas que se alquilan en los prostíbulos del sur de México, Tapachula se ha convertido también en territorio de bandas juveniles. Durante el desfile para conmemorar el aniversario de la Revolución Mexicana se produjo una riña en el centro de la ciudad. Los maras atacaron a un grupo de alumnos. La policía detuvo a 34 personas. El temor se apoderó de los habitantes del municipio.

Durante los días siguientes, en distintos operativos policiacos se detuvo a casi 200 presuntos integrantes de la banda y a 47polleros.Los guatemaltecos fueron deportados.

Pero los maras no son, ni con mucho, culpables de todos los males que se les achacan. Según documenta Laura Castellanos en Masiosare, más de la mitad de los atracos contra los migrantes son cometidos por agentes mexicanos. De las agresiones perpetradas por la delincuencia común, las bandas son responsables sólo en dos de cada nueve casos.

Los maras son pandillas transfronterizas, hijas de la globalización. Una, laMS13, surgió en la década de los 80 en Los Angeles, California, al igual que su rival, laM18, fundada por jóvenes salvadoreños que huían de la guerra. Su nombre: la marabunta; su apellido: el 13, la calle donde nació; la salva-trucha, sinónimo a la medida de "identidad nacional y orgullo de ser abusados".

A raíz de la firma de los acuerdos de paz en El Salvador entre guerrilla y gobierno, las autoridades estadunidenses repatriaron a 5 mil 300 salvadoreños, reos incluidos; la simiente encontró campo fértil. Se cree que, al menos 16 por ciento tenían antecedentes violentos. Y rápidamente se expandieron a otras naciones del área.

Sus integrantes tienen entre 12 y poco más de 30 años de edad. Son -las cifras varían dependiendo de la fuente- unos 234 mil salvadoreños, guatemaltecos, hondureños, estadunidenses y mexicanos. Muchas de sus señas de identidad, los tatuajes incluidos, así como sus códigos lingüísticos se originaron en los barrios de Estados Unidos. Los límites de sus territorios están marcados por grafitis...