Nueva Alianza, nuevos problemas

La jornada, 01 de febrero de 2005

Este 28 de enero se abrió una nueva etapa en la relación entre el Sindicato Nacional de trabajadores de la Educación (SNTE) y el PRI. La fundación del Partido Nueva Alianza formaliza el cisma entre la corriente hegemónica de la burocracia sindical del magisterio y el instituto político. Se inaugura así un ciclo de reacomodos e inestabilidad partidaria y gremial de profundas consecuencias, tanto para el futuro del movimiento laboral como para el sistema de partidos.

Esta redefinición tiene una historia. En febrero de 1992 el SNTE modificó sus estatutos. Formalmente estableció la independencia y autonomía del organismo gremial con respecto a los partidos y el Estado, la libre afiliación individual y la incompatibilidad entre puestos de elección popular y la dirigencia sindical. Creó, además, para intervenir en la esfera electoral y parlamentaria, un Comité Nacional de Acción Política, integrado por trabajadores de la educación de las distintas corrientes partidarias.

La reforma a los estatutos fue una de las grandes ofertas de Elba Esther Gordillo para renovar el sindicato desde que llegó a su dirección, impuesta por el gobierno de Carlos Salinas, en 1989. El SNTE había sido hasta ese momento uno de los principales baluartes del PRI, y su desafiliación de ese partido demanda recurrente de los mentores democráticos.

Las transformaciones no fueron de gratis para el magisterio nacional. A cambio de "descorporativizar" al gremio en el papel, la maestra, violando la ley burocrática, se religió al frente del gremio por tres años más. Su reinado dura ya casi 16 años.

Sin embargo, hasta ahora, en los hechos, a despecho de lo acordado en su segundo congreso extraordinario, el SNTE ha seguido siendo, en lo esencial, apéndice del PRI. Circunstancialmente maestros de otros partidos políticos han ocupado puestos en la dirección nacional del gremio o han sido apoyados en sus campañas electorales. Pero el grueso del aparato sindical nacional, sus cuantiosos recursos económicos, han beneficiado al tricolor.

La fundación de Nueva Alianza modifica esta ecuación. Aliada al gobierno de Vicente Fox y enfrentada con los dirigentes del instituto político del que es secretaria general, Gordillo tiene en el nuevo partido un instrumento eficaz para posicionarse en el tablero político nacional de manera distinta. Una herramienta que, una vez más, viola el marco estatutario vigente...