Oaxaca, magisterio y lucha armada

La jornada, 29 de agosto de 2006

Arde Oaxaca. Grupos de paramilitares y policías disparan contra la población indefensa. Los ciudadanos responden levantando barricadas, tomando radiodifusoras y bloqueando carreteras. Con poca imaginación, el desgobierno estatal explica los hechos recurriendo al guión de siempre: advierten que la inconformidad ciudadana es sólo una fachada de organizaciones armadas.

Lizbeth Caña, procuradora general de Justicia de Oaxaca, informó a la prensa nacional que las acciones de protesta del movimiento popular que exige la renuncia del gobernador Ulises Ruiz son "actos de guerrilla urbana y subversivos". Y Enrique Jackson, senador del Partido Revolucionario Institucional (PRI) señaló que es evidente la presencia de grupo armados. La acusación tiene como antecedente el reiterado intento de las autoridades estatales de asociar a los dirigentes magisteriales de la entidad con grupos violentos.

Poco importa que los muertos pertenezcan a la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO). A la procuradora le tiene sin cuidado que la violencia física haya provenido invariablemente de las policías locales y de los grupos de porros y pistoleros al servicio del PRI en la entidad.

Suponer que el movimiento oaxaqueño ha sido organizado por un grupo político-militar es una insensatez. No hay organización partidaria ni político-militar en México capaz de facilitar o conducir un levantamiento como el oaxaqueño.

En la protesta convergen centenares de organizaciones sociales, comunidades indígenas, grupos ciudadanos y organizaciones políticas con un objetivo central: la desaparición de poderes en la entidad. La sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) fue, en sus inicios, la columna vertebral que estructuró el movimiento. Pero, ahora, a pesar de su enorme importancia numérica y de su capacidad de convocatoria y movilización, es una isla más en el archipiélago anti Ulises Ruiz.

Desde su constitución como una tendencia sindical democrática hace 26 años, dentro de la sección 22 participan maestros de las más diversas corrientes políticas. Afirmar que grupos radicales se han infiltrado en el magisterio oaxaqueño es una estupidez. Los profesores que integran esas organizaciones han estado allí desde 1980, fecha en la que se expulsa a los líderes charros de la conducción del gremio...