La jornada, 12 de diciembre de 2006
"Haz patria. Mata un maestro", puede leerse en una de las carreteras que atraviesan la región Cañada en Oaxaca. La pinta, que recrea uno de los eslóganes favoritos de los grupos antichilangos activos hace unos años en la frontera norte, describe el ánimo que se respira en el priísmo local hacia el movimiento en contra de Ulises Ruiz.
Explica inequívocamente lo que los grupos de poder local entienden por paz.
Las amenazas no sólo aparecen en muros. El sacerdote Francisco Wilfrido Mayrén Peláez, párroco de San Pablo Huixtepec y coordinador de la Comisión Diocesana de Justicia y Paz, ha recibido llamadas telefónicas a su celular en las que le dicen: "Te vamos amatar, te vamos a partir tu madre, te va a llevar la chingada..."
La consigna y la amenaza están lejos de ser retóricas. Paramilitares, sicarios y policías vestidos de civiles y gendarmes federales han hecho patria, tal como reclamó la mano anónima que pintó el camino de la Cañada. En los últimos tres meses han sido asesinados en Oaxaca, al menos, 20 personas. La cifra podría ser mucho mayor. Organismos de defensores de derechos humanos han documentado cerca de 60 desaparecidos.
Las muertes, las persecuciones políticas, las detenciones arbitrarias, las torturas, las desapariciones de Oaxaca tienen un objetivo: crear un clima de miedo, utilizando métodos ilegítimos para acabar con la sublevación popular en el estado. Se trata, simple y llanamente, de terrorismo de Estado.
El recuento completo de las atrocidades gubernamentales no ha podido hacerse aún. El mismo ambiente de pavor que se vive en la entidad ha impedido hacerlo. Durante días, quienes estaban capacitados para documentarlo no pudieron salir a las calles, pues corrían el riesgo de ser aprehendidos. Defensores de derechos humanos y periodistas fueron detenidos arbitrariamente. En las calles, policías con listas y fotos organizaron una cacería de dirigentes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO). Muchos activistas tuvieron que guardarse en lugares seguros para conservar su libertad...