José Luis Sumisiones

La Jornada, 29 de mayo de 2007

José Hernández, el cartonista de La Jornada, dibuja a José Luis Soberanes como un can, en cuatro patas, vestido con mandil, mientras Felipe Calderón cabalga en sus lomos y le indica el rumbo que debe seguir. Al fondo, una sombra le comenta a otra: "Pobre Soberanes... Debería quejarse ante la CNDH por cómo pisotean su dignidad". El cartón se llama: "José Luis Sumisiones".

Un día antes, El Fisgón presenta al ombudsman dando gritos de júbilo, ataviado con una playera con la consigna "Sí a la vida", frente al sepulcro de Ernestina Ascensión. Su trabajo lleva por nombre: "Defensor de la derecha".

Ese mismo sábado 26 de mayo, Antonio Helguera lo muestra sosteniendo en mano una carpeta que dice: "Recurso de incostitucionalidad contra el aborto" mientras desde su tumba Ernestina Ascensión pregunta: "¿Alguien duda ahora que fui violada por soldados?" La caricatura se titula: "El de los trabajos sucios".

Este lunes, en El Universal, Naranjo dibuja a un obispo que porta un cartel en el que se lee: "Contra la despenalización del aborto". Debajo de sus faldas pueden verse los pies de la CNDH y la PGR. El título de la viñeta es: "Tres en uno".

Uno tras otro, distintos cartones aparecidos en la prensa nacional presentan al titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) lo mismo como tapete del poder que en actitud canina hacia el Presidente de la República. Los dibujos dan cuenta del descrédito y desprestigio que han alcanzado el ombudsdman, la comisión que preside y sus últimas iniciativas. Reflejan el estado de ánimo que existe entre un sector de la opinión pública al que le preocupa la justicia.

Efectivamente, está muy extendida la percepción de que en lugar de defender a los ciudadanos de los abusos del poder, José Luis Soberanes ha emprendido una desaforada carrera por agradar a Felipe Calderón y servir de tapadera de los agravios cometidos.

Apenas la semana pasada, Amnistía Internacional -una de las instituciones más reconocidas y respetadas en el terreno de los derechos humanos-advirtió en un detallado y serio informe la gravedad de la situación mexicana. Sin embargo, ni tardo ni perezoso, el ombudsman quiso descalificarlo. "Creo que es una opinión muy exagerada. En nuestro país sí tenemos problemas en materia de derechos humanos, pero no como para que se le califique de país indolente."...